Como la alondra anuncia la mañana, no sólo las indignaciones nimias nos confirman que gobierna el kirchnerismo, también lo hacen las indignaciones cruzadas.
Del mismo modo que durante el gobierno de CFK y en el mismo programa de TN, Cristiano Rattazzi denunciaba que los sueldos subían y Néstor Pitrola se quejaba porque bajaban, pero ambos acordaban en lo esencial- CFK era lo peor-, hoy nuestro establishment denuncia el terrible impuestazo mientras nuestra izquierda boutique llama a combatir el insoportable ajuste. Un ajuste extraño que congela los aumentos de tarifas de servicios públicos y transporte, otorga bonos de 10.000 pesos a los jubilados, reduce la tasa de interés y protege a quienes hayan tomado préstamos, sean jubilados o pymes. Como tantas otras cosas, ajustes eran los de antes.
En un nuevo ejemplo de Nado Sincronizado Independiente (NSI)- sistema que permite que un montón de personas diferentes llegue a la misma conclusión pero de forma independiente- nuestros medios serios, que consideraban que la clase media y baja podían asumir los aumentos indiscriminados de servicios, transporte y alimentos, hoy sostienen que quienes poseen más de 2.000 hectáreas en la provincia de Buenos Aires no están en condiciones de pagar más impuestos. En efecto, los tractorazos vuelven a salir en la tapa de los diarios para defender los derechos de los más desfavorecidos. Nace así #LosConTierra, el Movimiento de los Propietarios Rurales Con Tierra que busca frenar la voracidad fiscal del chavismo kirchnerista. En un punto tienen razón: quienes poseen más de 2.000 hectáreas en la provincia de Buenos Aires son apenas 1.200 propietarios. Es injusto que la presión fiscal recaiga en tan pocos contribuyentes y no en la clase media y baja, numéricamente muy superiores.
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Con el mismo ahínco con el que lamentan el 40% de pobreza, los medios serios y los analistas ídem nos explican que el Estado no debe aumentar los impuestos a los más ricos, ni emitir, ni tampoco tener déficit fiscal. Teniendo en cuenta que gracias a Cambiemos, la Argentina tiene vedado el acceso al crédito, la única solución es reducir el gasto público. Es decir: combatir la pobreza, aumentándola.
En una entrevista televisiva, el ineludible Ernesto Tenembaum le preguntó al jefe de Gabinete Santiago Cafiero: “¿Por qué fracasó el peronismo?”. No sabemos si se refería al fracaso de las vacaciones pagas, del aguinaldo, de la gratuidad de las universidades, de las paritarias, del voto femenino, de la AUH, del matrimonio igualitario, del fuero laboral, de la identidad de género, o simplemente al fracaso del Frente de Todos en las últimas elecciones presidenciales. Esperemos que lo aclare en la próxima entrevista.
A la ex Gobernadora Coraje, María Eugenia Vidal, en cambio, nadie le preguntó por el fracaso de Cambiemos, ni por la provincia de Buenos Aires, que dejó con más pobreza, desempleo y deuda. Al contrario, un periodista serio la entrevistó en el aeropuerto de Ezeiza, mientras partía con su nueva pareja a pasar una merecida vacación en Paris, y sólo habló del amor recobrado y la alegría compartida. Por suerte para ella, no es kirchnerista. Ningún medio serio se indignará por ese dispendioso viaje ni calculará su costo en AUH o gasa para hospitales.
En todo caso, la Sociedad Rural, los medios, la Embajada y la izquierda boutique están igual de indignados. Enhorabuena, eso significa que volvió a gobernar el kirchnerismo.
Imagen: Cena de beneficencia en apoyo al Movimiento de los Propietarios Rurales Con Tierra (cortesía Fundación LED para el desarrollo de la Fundación LED).