Crítica: El Camino, una película de Breaking Bad

Pasaron dos semanas del estreno de "El Camino: A Breaking Bad Movie" y la polémica permanece intacta. Los fundamentalistas del la épica creada por Vince Gilligan se llevaron varias sorpresas al toparse con el producto original de Netflix. ¿Un cierre digno o un fiasco estrepitoso?

28 de octubre, 2019 | 20.12

La expectativa fue alta: Breaking Bad (2008-2013) fue (y es) una pieza dramática inigualable para los seriéfilos voraces, de esas que cuesta encontrar en un mercado competitivo abundante de contenido mainstream. Así y todo, sumergirse en la experiencia de este nuevo capítulo resulta un tanto desalentadora para los fans de Jesse Pinkman -acá protagonista- y Walter White. La pregunta inevitable que surge después de los 120 minutos de cinta es ¿era realmente necesaria? No. "El Camino" funciona como un bocadillo poco sabroso e insulso, apenas un vistazo de lo que pudo haber sido una aventura digna de la serie más valorada por la crítica en la última década.

Con Walter White muerto y los demonios propios torturándole, Jesse Pinkman atraviesa un momento bisagra en su dramática existencia luego de escapar de su cautiverio, para decidir que camino tomar en el futuro. Esta sencilla premisa auguraba una paleta de alternativas suculentas a explotar. Lamentablemente, el guión no se sale del formato "drama chato" y la película se siente más como una historia de redención mediocre. A través de flashbacks-un recurso mal usado del cual Gilligan abusa afín de presentarnos a algunos de los personajes de la serie- se cierran los agujeros narrativos en la historia del joven Pinkman. Algunos, se sienten forzados. Otros funcionan de ratos. Lo cierto es que no hay ningún momento "Breaking Bad" que deje sin aliento a la audiencia.

Pese a esto, aquellos que hayan seguido la historia durante las cinco temporadas encontrarán perlitas emotivas (la aparición de Mike por ejemplo) escondidas a lo largo del metraje. El síndrome que revive series y películas exitosas para lavarles la cara y presentarlas a nuevas audiencias no parece agotarse pese al desencanto de los que prefieren historias originales. Aaron Paul despliega sus limitados dotes actorales y, por momentos, triunfa. Lastima que esos flashs sean apenas secuencias afortunadas en un magma de promesas rotas.

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Vince Gilligan es un maestro en la construcción de espacios y "El Camino" no es la excepción, alcanzando picos artísticos emocionantes. Las opiniones divididas confirman la inestabilidad de una idea sostenida por alambres, un pie de nota que no se destaca. Quizás lo único reconfortante es pensar en cosas peores, prueben con el penoso desenlace de Game Of Thrones.

  • El Camino: A Breaking Bad Movie. Nuestra opinión: Regular.