“Para ganar las elecciones con esta situación económica hay que volver a generar expectativas y Macri no puede hacerlo. Tenemos que armar una nueva alianza con el radicalismo, Lilita y parte del peronismo, y ofrecer una gran PASO; si es posible con María Eugenia Vidal, Juan Manuel Urtubey y Martín Lousteau”, señaló a El Destape un funcionario nacional de primera línea. La misma idea sostienen cerca de la gobernadora de la provincia de Buenos Aires.
Hace pocos días, en una cena de empresarios, Héctor Magnetto mostró una encuesta de Marketing y Estadísticas que da ganadora a Cristina en primera vuelta y propuso: “Hay que cambiar todo y lanzar ya una alianza con el peronismo racional”. En esa comida se barajó la interna que hoy circula en el gabinete.
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Por lo pronto, Urtubey mantiene su candidatura presidencial y Lousteau habla con Horacio Rodríguez Larreta de la posibilidad de ir como candidato a senador por la ciudad, el único distrito que aún se considera “seguro” para Cambiemos.
Cada vez más empresarios y políticos piensan que el peronismo se quedará con la presidencia y con la provincia. Los votos que saca Cristina los traslada en un ciento por ciento a Kicillof como candidato provincial y otro candidato apenas perdería un par de puntos. Es decir, igual ganaría.
Para pelear la provincia Magnetto pensó en Marcelo Tinelli. El conductor ya se reunió dos veces con la candidata preferida de Magnetto para pedirle pelear la provincia. Pero Vidal, por ahora, dice preferir a Cristian Ritondo para la candidatura provincial. Además, sostiene su fidelidad al presidente y sólo jugaría si Macri da un paso al costado.
Hasta el momento estos avances son resistidos por el Presidente. En realidad el obstáculo es Marcos Peña, que en esta jugada se quedaría afuera de todo y con los enemigos que supo ganar en el poder.
La carta que juegan quienes apuestan bajar a Macri es el consejo de Jaime Durán Barba. “Si Jaime le dice que pierde, Mauricio se baja”, afirman en la provincia. Por lo pronto, Clarín comenzó a hacer correr a Lavagna, que no es su Plan A, pero sirve para mostrarle al presidente que podrían apoyar a otro candidato si se resiste a bajarse. Saben que Macri teme perder, pero más teme que pierda Cambiemos y quedar a tiro de la justicia.
La posibilidad de que la economía revierta su ciclo declinante y ayude al Presidente a recobrar imagen tiende a cero. Ya se comprobó que este año será imposible bajar la tasa de interés y así y todo se teme otra corrida luego de las PASO.
Con corrida o sin corrida la disparada del precio de los alimentos volvió a poner sobre el tapete un tema que había salido de la agenda luego de la creación de la Asignación Universal por Hijo: el hambre.
Por otra parte, el fuerte incremento del precio de los medicamentos y la caída de los ingresos de los jubilados está limando el apoyo de los mayores a Cambiemos, una franja etárea que fue fundamental en los triunfos de 2015 y 2017. El gobierno también está perdiendo el apoyo de pymes y comerciantes, que vieron diezmadas su facturación y sus ganancias.