La presidenta de facto de Bolivia, la golpista Jeanine Áñez, pidió la renuncia de todos sus ministros para recomponer el gabinete y encarar la etapa electoral en la que participará como candidata, luego de haber afirmado que no intentaría quedarse en el Palacio Quemado tras el golpe de Estado contra Evo Morales noviembre pasado.
La movida de la mandataria boliviana es interpretada como una suerte de crisis en el ejecutivo del vecino país.
La presidenta de facto no tendría el aval de quienes hasta ahora la han acompañado en el gobierno que sucedió al renunciante Evo Morales. Las pujas tendrían que ver no sólo con las apetencias de Áñez sino también con aquellos que, dentro de su gobierno, están alineados con el extremista religioso Luis Fernando Camacho y Marco Pumari, todos apuntados en la carrera electoral junto con la mujer que ejerce el Ejecutivo.
"Se ha decidido solicitar la renuncia a todos los ministros para encarar esta nueva etapa de la gestión de transición democrática", expresa la nota oficial en la que también se anuncia que el equipo de Gobierno será ratificado o completado en el menor tiempo posible.
Según una encuesta, el MAS lidera la intención de voto para los comicios de mayo, tras la designación de la fórmula que intentará volver al poder por las vías constitucionales. La derecha anti-aborigen, en cambio, mantiene sus diferencias internas y no ha podido hasta el momento oficializar un único frente para polarizar con el partido del derrocado Evo Morales.