Pese a las multitudinarias expresiones de respaldo al gobierno del presidente de Bolivia, Evo Morales, las fuerzas de choque opositoras avanzan sobre las principales ciudades del país, donde la policía se encuentra amotinada. Los manifestantes tomaron medios de comunicación estatales y provocaron destrozos a los domicilios de dirigentes del Movimiento al Socialismo. Se teme que busquen ingresar y tomar la Casa de Gobierno en las próximas horas.
Luego de las elecciones del 20 de octubre, en las que Morales, según el resultado del escrutinio definitivo, triunfó con el 47,08 por ciento de los votos contra el 36,51 del principal candidato opositor, Carlos Mesa, las fuerzas de derecha han intentado deslegitimar la votación y provocar la caída del mandatario reelecto. La estrategia consiste en evitar que se termine la auditoría que lleva adelante la Organización de Estados Americanos (OEA), que tiene previsto dar sus resultados el miércoles 13 y que podría ratificar la victoria del presidente.
La violenta embestida golpista es liderada por Luis Fernando Camacho, presidente del Comité Pro Santa Cruz, quien radicalizó su discurso, se alejó de Mesa y se encuentra en La Paz para exigir la renuncia de Morales. Cuenta con el apoyo de un sector de las Fuerzas de Seguridad y de los grandes medios de comunicación hegemónicos.
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Durante buena parte del día y por la noche, las centrales de trabajadores y los movimientos sociales salieron a la calle para respaldar al actual mandatario con el objetivo de evitar que los grupos opositores consigan su objetivo. También exigieron que Camacho abandone la capital boliviana y regrese a Santa Cruz.
De todas maneras, la violencia de los grupos opositores no cesa. Tras haber destrozado en los últimos días la casa de la ministra de Salud, Gabriela Montaño y de haber secuestrado y agredido a la alcadesa de la localidad de Vinto, Patricia Arce, durante el día provocaron el incendio de la vivienda del gobernador de Oruro, Víctor Hugo Vázquez, dirigente del MAS.
Por la mañana, Evo Morales envió un mensaje denunciando el golpe que se encuentra en marcha y llamó a la comunidad internacional a defender el Estado de Derecho, lo que provocó un importante respaldo de dirigentes progresistas como el presidente electo de Argentina, Alberto Fernández, el recientemente liberado ex mandatario de Brasil, Lula Da Silva y sus colegas de Ecuador, Rafael Correa, además del secretario de relaciones exteriores de México, Marcelo Ebrard.
Durante una conferencia de prensa realizada en El Alto, el presidente de Bolivia pidió a la oposición que se siente a una mesa de diálogo para "pacificar el país" y convocó a la policía nacional "a cumplir la Constitución". "Es su misión preservar y garantizar la seguridad de la población. Convoco a los comandantes, a ese policía que es comprometido con su pueblo, a cumplir con las normas”, exhortó Evo.
Rápidamente los principales dirigentes opositores se alinearon en la estrategia desestabilizadora y rechazaron la propuesta. Se trata de los representantes de Comunidad Ciudadana (CC), Carlos Mesa, el Partido Demócrata Cristiano (PDC), Chi Hyun Chung y de Bolivia Dice No (BDN), Óscar Ortiz.
Las Fuerzas Armadas también emitieron un breve comunicado, leído por su comandante general, Williams Kaliman. "Nos encontramos totalmente cohesionados bajo el mando militar. Apegados siempre a la disciplina, el orden y respeto a la Constitución política del Estado como feroces guardianes de la defensa, seguridad y estabilidad del Estado. Garantizaremos la unión entre compatriotas, por lo que ratificamos que nunca nos enfrentaremos con el pueblo al que nos debemos y siempre velaremos por la paz, convivencia entre hermanos y el desarrollo de nuestra patria. Los actuales problemas generados en el ámbito político deben ser aclarados en el marco de los más altos intereses de la Patria, antes de llegar a momentos irreversibles”, señaló Kaliman.