Con el objetivo de contener la expansión del coronavirus, el Gobierno nacional ultima detalles para desalentar el uso del transporte público, evitar grandes congestionamientos durante los viajes y disminuir la presencia de empleados en las oficinas del Estado mediante el trabajo a distancia, a excepción de salud y seguridad.
La iniciativa surgió tras la reunión del gabinete económico y social que encabezó Alberto Fernández junto a su jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, esta mañana en Casa Rosada. Así, las medidas buscarán aminorar el impacto de la pandemia, para lo cual cada jefe de área estatal determinará qué trabajo se puede hacer remoto y se dará licencia a quienes tengan hijos en edad escolar, además de a los grupos de riesgo y mayores de 60 años, como ya fue anunciado.
Con el fin de reducir la circulación en transporte público, el Gobierno analiza dos opciones: que se habilite el viaje de pasajeros que vayan sentados para evitar hacinamiento y la baja en la frecuencia en una etapa más avanzada de aislamiento masivo de la población. Sólo en la Ciudad de Buenos Aires el sistema público traslada ocho millones de personas a diario, en los subtes se mueven un millón trescientos mil pasajeros y otro millón y medio en colectivos.
Tras el anuncio de Fernández en Olivos junto a Axel Kicillof y Horacio Rodríguez Larreta, desde los ministerios de Transporte de Nación y Ciudad le dijeron a Infobae que la circulación en el subterráneo disminuyó un 50%, aunque no se prevé la clausura total del servicio ya que es esencial. En cambio, está en análisis la prohibición del transporte de media y larga distancia para que la mayor parte de la población se quede en su casa.