La Superliga Argentina quedó envuelta en un escándalo en torno a los derechos de televisación del torneo en el exterior y debió extender el plazo estipulado para la apertura de sobres.
La polémica surgió luego de que la empresa que organiza el máximo campeonato local abriera una licitación para las transmisiones al exterior, que fue mal vista por las principales compañías, las cuales lanzaron fuertes acusaciones.
De acuerdo con lo consignado por BAE Negocios, las principales cadenas cuestionaron que el concurso estaba orientado para que gane un oferente determinado y que hubo poco tiempo para presentar los presupuestos.
Entre las principales voces discordantes se destacó la de la cadena ESPN, propiedad de Disney, que envió una durísima carta a la Superliga. "Esta licitación fue llamativamente comunicada a posibles interesados en un momento muy particular, y se brindó un plazo inexplicablemente corto para el tipo de proyecto que se pretende encarar. Una empresa que trabaja bajo altos estándares técnicos y de calidad, como ESPN, no puede formular una propuesta para un proyecto tan complejo y original bajo tales condiciones", apuntó el gigante del periodismo deportivo.
La misiva, que lleva la firma del directivo Federico Reyna, también resalta: "Esto, sin dejar de señalar los numerosos puntos ambiguos, confusos e imprecisos incluidos en el Pliego de Bases y Condiciones, que dificultan la evaluación del proyecto no sólo desde el punto de vista técnico, sino también desde una perspectiva económica-financiera".
Sin embargo, pese a los pedidos para que la licitación se deje sin efecto, la Superliga decidió seguir adelante con el proceso, aunque retrasó la apertura de sobres hasta el 3 de febrero (debía revisarse el lunes 20 de enero). "Destacamos que la decisión comercial de convocar a licitación, como los términos y condiciones de la misma, resultan ser absolutamente ajustadas a derecho, negando enfáticamente cualquier tipo de acusación en contrario", afirmó Mariano Elizondo, presidente de la empresa.
Este nuevo conflicto se da en un marco poco alentador para la entidad que organiza el torneo local. Desde comienzos de año, las críticas de los clubes hacia la Superliga se intensificaron debido a la falta de nuevos ingresos y el reparto exageradamente desigual de los mismos, dos de las premisas que la entidad prometió resolver cuando fue creada. Las presiones para romper el contrato y volver al seno de la gestión de la AFA son cada vez más fuertes y el cambio de aires podría darse una vez que finalice la competencia de la temporada actual.
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