Causa Cuadernos: D'Alessio tenía un fallo clave días antes que la Cámara Federal lo firmara

18 de marzo, 2019 | 15.36

El espía ilegal Marcelo D’Alessio tenía en su celular un documento que indica que conocía de antemano el fallo de la Cámara Federal que confirmó el procesamiento de Cristina Kirchner y benefició a varios empresarios en la causa de las fotocopias de los cuadernos. La información consta en el expediente que investiga el juez Alejo Ramos Padilla, que hoy firmó una resolución en la que indica que “Marcelo D'Alessio podría haber tenido la información de un fallo judicial de manera previa a su dictado”. No era el único: Clarín y La Nación también contaron con esa información clave. ¿Coincidencia o compartían la información?

Según surge del peritaje a uno de sus teléfonos, D’Alessio sacó una foto a una hoja donde se leen los principales ejes de ese fallo. La clave es que la foto tiene fecha de creación el 14 de diciembre de 2018 y la resolución judicial fue el 20, seis días más tarde. Y que los puntos que se ven en la imagen coinciden con lo que luego resolvieron los jueces.

El papel tiene 5 puntos. Dice:

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- Asociación ilícita funcionarios de planificación, Wagner y Clarens.

- Empresarios quedan fuera de la asociación ilícita. -Libertad-.

- Falta decidir situación de Oscar Thomas.

- Pronunciamiento crítico hacia Bonadío -un párrafo en especial-.

- Falta de Mérito Oyarbide, Parrilli, Taselli, Mayoral”

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El fallo de los camaristas Leopoldo Bruglia y Pablo Bertuzzi, ambos puestos a dedo por Mauricio Macri en la Sala I de la Cámara Federal de Comodoro Py, fue casi calcado a ese punteo que, según la fecha de creación del documento, es de al menos 6 días antes. El documento se trata de una imagen extraída de un Iphone 8 plus que pertenece a D’Alessio. El archivo tiene como fecha de creación el 14 de diciembre de 2018.

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El primer punto, “Asociación ilícita funcionarios de planificación, Wagner y Clarens”, fue exacto. Además de los funcionarios, Carlos Wagner, ex titular de la Cámara Argentina de la Construcción, y el financista Ernesto Clarens fueron procesados como parte de la asociación ilícita. Misma suerte tuvo Gerardo Ferreyra, de Electroingeniería, que D’Alessio no tenía anotado.

El segundo punto también fue calcado: “Empresarios quedan fuera de la asociación ilícita – Libertad-”. Los empresarios Ángelo Calcaterra, Luis Betnaza (Techint), Armando Loson, Aldo Roggio, Gabriel Romero, Hugo Eurnekian, Enrique Pescarmona, Alejandro Ivanissevich y Juan Carlos de Goycochea, entre otros, quedaron efectivamente fuera de la asociación ilícita y quedaron procesados por cohecho activo. La Cámara también revocó las prisiones preventivas no efectivas de varios de los empresarios y la libertad (como tenía anotado D’Alessio) de Mundin, Raúl Victor Vertúa, Néstor Otero y Juan Carlos Lascurain, entre otros.

No se cumplió en el punto 3, que dice “Falta decidir situación de Oscar Thomas”. La Cámara confirmó su procesamiento con prisión preventiva. Su abogado, José Manuel Ubeira, sería eje de una de las maniobras de espionaje ilegal que Carlos Stornelli le pidió a D’Alessio, caso del que hay numerosas pruebas en el expediente que investiga Ramos Padilla.

En las anotaciones de D’Alessio, el punto 4 dice: “Pronunciamiento crítico hacia Bonadío -un párrafo en especial-”. De la lectura del fallo de la Cámara aparecen varios párrafos con esas características. En la página 53, por ejemplo, cuando los jueces revisan la calificación jurídica que les cabe a varios de los procesados le dicen a Bonadío: “corresponde que el juez de grado profundice la investigación”. Otro que podría ser es el apartado sobre “Prisiones preventivas no efectivas”. Los camaristas le indican a Bonadío que ese estatus procesal no existe en la legislación argentina.

El punto 5 de D’Alessio era: “Falta de Mérito Oyarbide, Parrilli, Taselli, Mayoral”. La Cámara, 6 días después, dictó la falta de mérito del empresario Sergio Taselli, el ex secretario general de la presidencia Oscar Parrilli, el ex secretario de Energía Jorge Mayoral, el ex juez Norberto Oyarbide y, le faltó a D’Alessio, del operador judicial Javier Fernández.

Capítulo aparte merecen los anticipos que dieron Clarín y La Nación al mismo caso. El premio promiscuidad juridico-mediática, en este caso, fue para Clarín. El 13 de diciembre, un día antes de la fecha de creación del documento hallado en el celular de D’Alessio, Marcelo Bonelli publicó en Clarín: “El movimiento empresario espera un inminente fallo de la Cámara Federal que corrija varias decisiones en la investigación de los cuadernos de la corrupción.” Y agregó: “La versión tuvo una confirmación en la propia Casa Rosada, donde muchos empresarios protestaron por la ‘pasividad’ de los funcionarios ante las denuncias que provocaron un tembladeral en los grandes holdings. Fuentes oficiales comunicaron a los hombres de negocios lo siguiente: ‘Va a haber un fallo satisfactorio’”. El mismo modus operandi que en el caso Nisman, donde Clarín sabía el resultado de la pericia de Gendarmería antes de que se realizara, ahora Bonelli tenía la información del fallo de la Cámara Federal una semana antes de que se produjera. ¿Era el contenido real o era la presión mediática para la redacción del fallo? Bonelli no dio nombres.

El 14 D’Alessio creó esa imagen en su celular. El 15, La Nación publicó una nota titulada “La Cámara confirmará el procesamiento de Cristina por las coimas”. En un nuevo capítulo de futurología judicial, ni siquiera siguieron la escuela Santoro del puro condicional, pero anticiparon lo mismo que tenía escrito D’Alessio. Que Wagner y Clarense quedarían dentro de la asociación ilícita, que otros empresarios como Roggio, Calcaterra, Betnaza, Pescarmona y demás estaban “esperanzados con quedar fuera de la asociación ilícita”.

La nota de La Nación coincide en buena parte con el punteo de D’Alessio. ¿Fue D’Alessio fuente para la nota de La Nación? ¿O fue al revés? Lo único claro es que, para el diario de los Mitre, D’Alessio era una fuente confiable. No por nada el mismo día que Horacio Verbitsky reveló este escándalo en El Cohete a la Luna, en la editorial de La Nación D’Alessio era citado, por enésima vez, como autoridad en materia de narcotráfico.