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El funcionario repasó que Agustín Marrero, el nene que presuntamente fue asesinado a golpes por su padrastro en el barrio porteño de Flores, "tuvo tres episodios registrados en la escuela donde llegó golpeado" y "solo uno de ellos está justificado con un certificado de un dentista porque llegó sin los dientes".
"En ningún momento el equipo directivo ni docente del jardín dio aviso a los equipos de apoyo para que no se llegue a esta situación extrema, por ende la situación continuó y en un momento la golpiza llevó a la muerte del chico", afirmó.
Bullrich también repasó que "el protocolo dice que ante la mínima sospecha hay que avisar porque es usual en estos casos, en que hay una relación enferma entre la pareja de padres" que la familia no revele la situación de violencia.
"El padrastro lo mató con complicidad de la madre en el sentido de que la madre en cada uno de estos episodios decía que habían sido los primos, que había sido en un McDonald's, que había sido en distintos lugares que se había golpeado", detalló.
Ante la decisión de los gremios docentes de parar en rechazo de la medida de gobierno porteño, Bullrich precisó que la maestra y la directora el Jardín de Infantes Común N° 2 Distrito Escolar N° 12 fueron "separadas transitoriamente del cargo y siguen cobrando el salario" y aseguró que "no es una sanción porque se inició el sumario y no se terminó".
Consultado sobre la responsabilidad que pesa sobre las docentes, a quienes el gobierno de la Ciudad acusa de no haber informado sobre los golpes que desembocaron en la muerte del niño, Bullrich señaló que "la única defensa, el único garante de la vida de este chico era la escuela" y agregó que el colegio "no es una isla".
Más temprano, Alejandra Bellini, una de las docentes que fue apartada de su cargo, defendió la actuación del jardín, al asegurar que "no hubo nada" que los "pusiera en alerta" para prevenir el crimen.