Hasta los galanes de Hollywood sufren, tal es el caso de Brad Pitt que, con 56 años recién cumplidos, padece una extraña enfermedad llamada Prosopagnosia. La ex pareja de Angelina Jolie brindó en contadas ocasiones detalles de cómo es vivir con la dolencia y las consecuencias en su vida diaria. ¿De qué se trata esta particular enfermedad?
La Prosopagnosia es una enfermedad neurológica, también conocida como "ceguera de rostros", que no permite la retención visual de las personas, incapacitando el proceso sensorial. Alguien con este padecimiento se puede mirar en el espejo y no darse cuenta de que se está observando a sí mismo, o al ver una fotografía, ya sea vieja o reciente, tampoco tendrá la capacidad de reconocerse.
En 2013, Brad Pitt dio una entrevista al medio estadounidense Esquire y reveló su condición, argumentando que esta hacía que el mundo lo creyera una persona demasiado pretenciosa y alguien a quien no le importaban los demás. “Hay tanta gente que me odia porque piensan que les estoy faltando el respeto. Hubo un año en el que dije: ‘Este año, voy a hablar de eso y decirle a la gente: ‘OK, ¿en dónde nos conocimos?’. Pero solo empeoró. La gente estaba más ofendida... La gente te dice: 'Estás siendo egoísta, estás siendo engreído’. Pero la verdad es que para mí es un misterio. No puedo captar una cara y, sin embargo, yo vengo de una formación con un punto de vista de diseño/estética. Me haré unos estudios”, declaró.
Otra de las singularidades de la Prosopagnosia es que las personas que la padecen pueden distinguir entre las diferentes partes que forman un rostro, pero les es imposible asimilar una cara. Es decir, pueden ver los ojos, la boca, la nariz y las piezas que unen una cara, pero no pueden unir esta información y crear la imagen del individuo. Esto complica la relación de interacción cotidiana entre personas y provoca malestar en el popular actor.
El término fue inventado por el neurólogo Joachim Bodamer en 1947, quien estudió a un hombre de 24 años herido de bala en la cabeza. El joven sobrevivió, aunque jamás volvió a reconocer un rostro. El campo de la Medicina sabe de la existencia dos tipos de prosopagnosia: la congénita y la adquirida. La congénita es padecida por el 2,5% de la población.