La Unión Obrera Metalúrgica (UOM) denunció el despido de 200 trabajadores y el posible cierre de la fábrica de computadoras Bangó en Vicente López. En tanto, desde el sector advierten que hay otras tres empresas que dejaron de operar en la ciudad de Buenos Aires y que los despidos suman ahora 700.
El gremio responsabiliza a la crisis que sufre el sector por la quita del arancel a las importaciones de productos informáticos que realizó a fines del año pasado el gobierno de Mauricio Macri. Aseguran que si baja el arancel de 35% a 16%, como el del Mercosur, con tasa 0% a insumos, pueden competir.
Además de los 200 despidos, PC Arts (que tiene la marca Banghó) desde principios de esta semana dio 15 días de vacaciones a los 700 empleados que trabajan en su fábrica de la localidad de Florida, en el norte del Gran Buenos Aires.
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La UOM denunció que, si no hay cambios en la decisión del Gobierno de quitar el arancel a la importación de computadoras, los 700 trabajadores de la fábrica de Florida quedarán sin trabajo al regreso de sus vacaciones.
Continúa activa, por ahora, su otra planta, de menor tamaño, ubicada en el Polo Tecnológico del barrio porteño de Parque Patricios, donde cuenta con 100 empleados.
El secretario de Prensa del gremio, Emiliano Gallo, en declaraciones a NA, señaló que la empresa "dice que no tiene posibilidades de pagar las indemnizaciones y queremos la intervención del ministerio para que busque una solución al conflicto".
El sindicalista señaló que desde que "el Gobierno anunció el quite de retenciones a las importaciones de productos informáticos, ya cerraron tres empresas en la Capital Federal, con más de 500 despidos".
Recordó que por la misma medida "peligran otros 5.000 puestos de trabajo en las empresas radicadas en Tierra del Fuego"."No se entiende la medida del gobierno, que se llena la boca diciendo que promoverá las inversiones y anuncia una decisión que le cambia las reglas de juego a las empresas obligándolas a desaparecer", añadió.
Gallo explicó que las empresas del sector informático "han hecho numerosas inversiones porque son de alta tecnología y ahora las condenan a competir con las importaciones más baratas de China o desaparecer".
"Las empresas alegan que la decisión del Gobierno las deja fuera del mercado después de 25 años de estar invirtiendo en el país", añadió.El sindicalista señaló que "por más que el gobierno prometa la reinserción laboral, eso es imposible, porque se trata de personal técnico altamente capacitado, ganando salarios por encima del convenio, que no puede ir a fabricar caramelos".