El prestigioso jurista español Baltasar Garzón hace tiempo que analiza y trabaja lo que sucede en América Latina. En la actualidad es uno de los referentes del flamante Consejo Latinoamericano de Justicia y Democracia (CLAJUD), que nació al calor del Grupo de Puebla, y realizó una presentación ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) para que este organismo intervenga de forma urgente ante el golpe de Estado que se produjo en Bolivia, que ya carga sobre sus espaldas una veintena de asesinatos. En una entrevista con El Destape, Garzón cuestionó el rol que tienen la Organización de Estados Americanos (OEA) y el gobierno de los Estados Unidos (EEUU) en el conflicto que se desató en el país vecino y advirtió que si la comunidad internacional no detiene de inmediato lo que allí está sucediendo “el sistema interamericano de DD.HH puede volar en pedazos”.
-¿Qué opina respecto a lo que dicen algunos gobiernos e incluso organizaciones supranacionales como la OEA de que en Bolivia “no hay un golpe de Estado”?
-Desde mi punto de vista, en Bolivia ha habido un golpe de Estado sin paliativos, tanto en la forma de fraguarse como de ejecutarse, desarrollarse y consumarse. Desde que los resultados electorales salieron (NdelR: y que dieron vencedor Evo Morales) se produjo una reacción de forma inmediata que ha ido evolucionando. La oposición pidió una segunda vuelta, exigió la renuncia de Morales como presidente y una vez conseguida a través de movilizaciones especialmente coordinadas y violentas, se produjo la toma del poder a través de la autoproclamación de la actual presidenta de facto (Jeanine Añez), que contó con el apoyo de las fuerzas de seguridad y policiales que actuaron en contra del pueblo, todo lo cual evidencia que ha habido un golpe de estado. La renuncia o salida de Morales no puede decirse que ha sido voluntaria. Ha sido guiada para evitar daños mayores que al final no se están evitando. Creo que eso no puede tener mas que la denominación de golpe de Estado. Entraron a jugar intereses económico-financieros que están siendo sustentados por determinados organismos y gobiernos respecto de Latinoamérica.
-¿A qué intereses económico-financieros se refiere?
-Hay unos intereses cruzados, económico-financieros, que van directamente a una exaltación del neoliberalismo en contra de todo lo que suene a gobierno popular y progresista que se sale de las líneas marcadas por el país del norte, por EE.UU. La presión sobre determinados países, sobre los cercos económicos y políticos, está claro que cesan cuando la tendencia es neoconservadora o claramente de extrema derecha. Ahora todo es apoyo a la presidenta autoproclamada de Bolivia porque está en linea con esos intereses corporativos y políticos del norte. En cambio, todas las acciones se están produciendo contra gobiernos populares. A mí no me cabe la menor duda de que hay una clara acción que tiene por objetivo acabar con ese resurgimiento que por ejemplo se ha producido en la Argentina. No creo que estén muy felices con lo que ha sucedido en la Argentina.
-¿Usted ve la mano de EE.UU. detrás del golpe en Bolivia?
-No solo por las imágenes, no solo por los planteamientos políticos, no solo por el inmediato reconocimiento al gobierno de facto, no solo por el auspicio y el empuje que la propia OEA esta produciendo junto EE.UU., que no ha dudado en actuar en favor de esta nueva realidad política y en contra del presidente constitucional. Estamos viendo algo que me parece deleznable además: grandes medios de comunicación están estigmatizando al presidente Evo Morales, tratando de presentarlo como una especie de sátrapa es totalmente penosa, es denigrante democráticamente hablando. Hay una confabulación clarísima en contra de todo lo que representa el gobierno constitucional de Evo Morales. Incluso, ya dando por hecho la afirmación de que hubo un fraude electoral cuando precisamente lo que sucedió es que no había habido fraude sino que Morales había ganado las elecciones con algunas irregularidades, frente a ello, el propio presidente aceptó el planteamiento de ir a nuevas elecciones. Si esto no es suficiente díganme qué es lo que sería suficiente para ellos; pues no otra cosa de lo que ha sucedido.
-¿Cómo analiza el rol de la OEA en el conflicto de Bolivia y qué se puede esperar de este organismo de aquí en adelante?
-El papel de la OEA cuando hay personas que se han tenido que exiliar en México como el presidente constitucional Evo Morales, el vicepresidente Álvaro García Linera, como la presidenta del Congreso; o miembros del gabinete como el ministro de Justicia, el de Minería y el de Defensa, que están refugiados en la embajada de México en La Paz, hasta el punto de que aún al día de hoy no se les permite salir, no se les otorga salvoconducto, lo que implica el quebranto de toda la normativa interamericana de derecho de asilo, pues no podemos decir que sea una organización que esté garantizando el sistema interamericano. Más bien está parcializando su posición. Si partimos de la del propio secretario general, Luis Almagro, pues una vez más está claro que la OEA está optando por una línea política muy concreta auspiciada por EE.UU. en contra de todo lo que sea contrario a esa cuestión. Me parece que la OEA tiene la grandísima responsabilidad de guardar el equilibrio y de ver cuáles son los puntos de encuentro y diálogo. El presidente Evo Morales está ofreciéndose de todas las maneras posibles para que cese esa violencia y no veo a la OEA que dé ni siquiera la mínima opción a ese ofrecimiento. Y esto sucede cuando organismos internacionales como el Alto Comisionado de DD.HH., como la ONU, como personalidades del mundo entero están cuestionando esta situación. Me parece bastante penoso. Pero ya hemos tenido otros ejemplos de golpes blandos contra gobiernos populares en la región. Recordamos los casos de Paraguay, Honduras, Brasil, Ecuador. Bolivia ahora. Siempre el ataque se produce en la misma dirección. Y eso para mi es muy peligroso. Máxime cuando lo que se estaba produciendo en la región es un movimiento sino revolucionario claramente progresista y de separación de esas directrices económico-financieras y políticas que se están impartiendo desde el norte.
-Vuelvo sobre el rol de la OEA. En Bolivia ni siquiera fue un golpe blando sino un golpe clásico. Y ahora las presidenta de facto emitió un decreto por el cual releva de culpa y cargo a las Fuerzas Armadas en sus matanzas.
-Eso da idea de dónde estamos. Es una barbaridad. Lo más grave es que la OEA no salte inmediatamente y que su secretario general no desautorice radicalmente esa afirmación. Me parece de una gravedad inusitada. ¿Qué tiene que ocurrir para que esto se contenga y no se siga consumando? ¿Qué va a ocurrir con las nuevas elecciones para que realmente sean democráticas? ¿Se va a permitir el regreso de los exiliados? ¿Se les va a proteger? ¿Se les va a permitir participar, se les va a garantizar el derecho de sufragio o se les va a eliminar esa posibilidad? Y mientras tanto, la Comisión Interamericana de DD.HH., a donde hemos acudido desde el Consejo Latinoamericano de Justicia y Democracia dentro del Grupo de Puebla para que se garanticen esos derechos, tendrá que pronunciarse con urgencia. No es tiempo de burocracia sino de una acción de protección real y efectiva de los DD.HH. sino todo el sistema interamericano que tanto ha costado construir va a saltar hechos pedazos.
-En un puñado de días se sumaron 24 muertos y decenas de heridos de bala. Por las imágenes que nos llegan desde Bolivia la cifra puede ser más elevada.
-Todavía se está dando cobertura a versiones que dicen que el conflicto es culpa de los manifestantes, de los cocaleros, de Evo Morales. Pero las armas están donde están. Me parece dantesco todo lo que está sucediendo. Y creo que como está ocurriendo en Chile, el pueblo va a seguir contestando a estas acciones irracionales de gobiernos de posiciones políticas que van más allá de lo aceptable democráticamente hablando.
-¿Se puede aplicar el derecho universal para juzgar a los responsables de los asesinatos que habilita el decreto de Añez, más allá de que la presidenta de facto quiera liberarlos de culpa y cargo?
-Desde luego. Si no hubiera una respuesta judicial frente a lo que a todas luces es un decreto ilegal que se viabiliza la impunidad de la represión, si no hubiera respuestas locales, se debieran activar las respuestas internacionales al nivel que corresponda. Es muy grave que se diga en un decreto presidencial que están justificadas las acciones violentas policiales frente a una situación de orden público que no saben controlar. No se pueden garantizar los excesos. No se pueden declarar impunes esas acciones que entran dentro del abuso policial o militar.
-Pensando en las elecciones como salida al conflicto. Pareciera haber una intención de querer proscribir al MAS.
-Parece como que la presidenta establece dos categorías, los que van a poder presentarse y actuar y los que no. Y pareciera como que al movimiento al socialismo, al MAS, el partido de Evo Morales, se le trata de marginar o ponérsele condiciones. A mi me preocupa que el candidato Carlos Mesa esté aceptando esta situación y no defienda la democracia como debe y la participación abierta de todos. Si el MAS decide presentar a un candidato a esos comicios tendría que ser aceptado. Porque insisto, ha habido un partido y un presidente que ganó las elecciones con 10 puntos de diferencia. Tiene que garantizarse el derecho de sufragio. Sino, no serían creíbles esas elecciones.