La Casa de Gobierno bonaerense, venida abajo, es el mínimo de los problemas que enfrenta la gestión de Axel Kicillof. La millonaria deuda bonaerense es la principal preocupación ya que se repite, en pasillos y oficinas, que nada se puede terminar de cerrar sin saber cómo van a ser las cuentas de una provincia a la que el gobernador definió como "quebrada" y, recientemente, aún más desfinanciada por las modificaciones que Juntos por el Cambio le hizo al proyecto de ley impositiva 2020.
Las negociaciones para que esa normativa saliera aprobada por la Legislatura fueron arduas, con dos acuerdos que parecían cerrados y se cayeron a último momento. Desde la gobernación acusan que la oposición no tiene un dirigente claro: primero fue el diputado Maximiliano Abad y después una María Eugenia Vidal que se fue de luna de miel a Europa para que florezcan nuevos intereses y personajes que pugnen por el poder del partido que fundó Mauricio Macri. Allí fue cuando apareció Jorge, su primo, y se empezó a complicar el panorama.
"Nos quedamos sin interlocutores", dijo Carlos Bianco, el jefe de Gabinete, un día antes de que el proyecto se convirtiera en ley. Con la preocupación de la deuda por delante y la discusión del Presupuesto, no tener una figura con la que negociar es una traba para el oficialismo, si bien aseguran que son internas propias del exCambiemos.
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El "vedettismo candidatil", que no aceptan recién comenzada la gestión y en la situación compleja en la que se encuentra la Provincia, funcionó como un obstáculo. Por eso, con proyectos fuertes por delante, la apuesta está en los intendentes. Según pudo saber El Destape, el radicalismo es un sector que no se vio representado en la Legislatura cuando se votó la ley. Los mandatarios lo repitieron en la gobernación y, como todos, necesitan que la provincia recaude más para poder tener mayores ingresos en sus distritos. Por eso, si la oposición no logra consolidar una figura líder visible, el trabajo será de hormiga con los dirigentes comunales, una tarea que llevará adelante la ministra de Gobierno, Teresa García.
En una de las oficinas, a la que se llega por pasillos despintados y húmedos, hay un mapa de la Provincia con alfileres sobre algunos distritos. Son los lugares que ya visitó Axel porque, aseguran, se siente cómodo haciendo lo que hizo en campaña: viajando. Lejos de la disputa inicial de "gobernador del interior o gobernador porteño", Kicillof busca mantener el contacto que tuvo estos cuatro años y tener un vínculo directo de la jefatura de Estado con cada rincón bonaerense. De hecho, dicen, pidió que le lleguen siempre las tapas de los diarios (digitales) de cada municipio, lo que sorprendió a varios intendentes.
Por eso apuestan a fortalecer a los mandatarios comunales. Si hay un vacío de interlocutores, que los intendentes se fortalezcan para ser representativos de la Legislatura. Sobre todo para el debate que se viene, el del presupuesto, que les preocupa sobremanera. Para eso, el martes 28 García tendrá un encuentro con el foro de intendentes radicales.
Los municipios están financieramente tan complicados como la provincia, con adelantos de coparticipación, descubiertos bancarios y la ayuda del Ministerio de Economía para afrontar sueldos y los adelantos a cuenta de paritarias.
Si bien trascendió que un grupo de intendentes, a quienes ponen bajo la cabeza de Jorge Macri, pidieron una reunión con Kicillof para debatir la deuda, desde el gobierno les recordaron que eso no debe pasar por el edificio ubicado en calle 6, entre 53 y 52, sino por la comisión bicameral de la Legislatura.
En dos días deberá conocerse si al menos el 75% de los tenedores de bonos BP21 aceptan la postergación del pago de US$250 millones, con intereses, a mayo. Si bien desde el oficialismo son optimistas, no quieren cantar victoria antes de tiempo, aunque sería fundamental para las arcas provinciales en un trimestre que califican como crítico.
En ese contexto, como a nivel nacional, levantan la alfombra y encuentran deudas. Aseguran que la obra pública está paralizada hace más de un año, sin certificados de obra pagos. Ademas, algunos ministerios tienen importantes faltas de pago con proveedores, como puede ser en cosas básicas como combustible, fotocopias o alquileres. Algunos de ellos dejaron de abonarse en abril pero hay otros que se acumulan hace casi dos años.
Pese a ello, ya están en marcha las reuniones con los gremios de la educación, para avanzar en las paritarias, y la semana que viene se firmará un convenio para mejorar la infraestructura de las escuelas.
Después de una derrota electoral, es lógico que aparezcan las fisuras y las pujas por el poder. Sin saber qué hará Vidal o cuál será la postura de Mauricio Macri, mediante su primo, la gobernación apunta a atender y solucionar las necesidades de los municipios, para lo cual los intendentes son indispensables y necesitan ganar representatividad legislativa ya que febrero será un mes clave para delinear el futuro de la deuda y el presupuesto.