Alberto Fernández adelantó que, cuando llegue al poder, volverán los recitales en el Salón Blanco de la Casa Rosada y el lugar estará abierto "para todos los músicos". El presidente electo recordó el paso de artistas del calibre de Charly García, Mercedes Sosa, Fito Páez y Luis Alberto Spinetta y aseguró: "Los que van a volver seguro son los recitales en el Salón Blanco".
En una entrevista que brindó al programa matutino conducido por Bebe Contepomi Todo lo demás también (en Mega 98.3), señaló que esos recitales "era la forma que nosotros teníamos de hacer accesible la Casa de Gobierno a la gente". En ese sentido, afirmó: "Los viernes a la noche se llenaba de personas que iban a escuchar a Charly, Spinetta, Nebbia, Mercedes Sosa, Fito. Enormes músicos que tocaban y que la gente disfrutaba en el salón más importante de la Casa Rosada”.
Fernández recordó que formó parte de la organización de los conciertos, organizados durante las presidencias de Néstor y Cristina Kirchner, ya que se desempeñaba como Jefe de Gabinete en ese entonces. "En el tema del Salón Blanco me voy a meter mucho. Quiero que estén todos los músicos. No hay que discriminar ni hacer música de elite. La condición es que todo sea muy abierto, muy democrático, de cabeza abierta, para disfrutar de la música y pasar un buen rato", explicó a la audiencia del ciclo Todo lo demás también. Entusiasmado, comentó que el primero en tocar sería Gustavo Santaolalla.
"Siempre me doy un tiempo para escuchar, para tocar la guitarra y componer. Si no, terminás enloquecido. Algunos paran y miran tele, otros van al cine, otros van al teatro; yo paro y escucho música y toco la guitarra, porque si no te terminás alienando con todos los problemas", mencionó el próximo Presidente. A su vez, protagonizó un divertido intercambio con los integrantes de la banda Súper Ratones, que estaban presentando su último álbum Carrera de aviones, al declararse fan del conjunto.
El ciclo de recitales en el Salón Blanco de la Casa Rosada tenía el objetivo de promover intérpretes argentinos y premiar la trayectoria de los que habían llevado la música de nuestro país por el mundo. De esta forma, se buscó democratizar el reconocimiento a exponentes del folclore, el rock nacional y otros géneros. En palabras de Alberto Fernández, "una forma de poner la música en el centro del poder".