Es indiscutible el hecho de que durante el 2019 Netflix marcó un excelente récord en contenido propio de calidad y con grandes directores. La plataforma se despachó con un suculento pack de inmediatas competidoras a lo mejor del año (el glorioso antecedente de Roma, de Alfonso Cuarón, ayudó a redoblar la apuesta): El Irlandés de Martin Scorsese, Historia de un matrimonio de Noah Baumbach y Los dos Papas de Fernando Meirelles, consiguieron lo que nadie en tan poco tiempo, un buen número de nominaciones, y un pase de oro ante los Oscars. Más allá de la fachada de prestigio, parece que Netflix jugó con cartas fraudulentas para obtener los reconocimientos, ¿qué hay detrás de esto?
The Washington Post publicó un artículo donde revela que Netflix ha estado tratando “demasiado bien” a los críticos en el marco de los Critics’ Choice Awards, donde la plataforma consiguió 61 nominaciones entre películas y series, pagando viajes caros y estadías de lujo. De esta forma, se especula que podría estar “comprando” sus votos y premios.
El crítico de cine Steven Zeitchik ahondó más acerca de la situación: “El Post se enteró de que Netflix había enviado a periodistas del cuerpo de votación, que incluye a unos 400 críticos de todo el país, a Los Ángeles y Nueva York en viajes caros. Algunos externos dicen que esto representa una violación potencial tanto de la etiqueta de los premios como de la ética del periodismo. […] El objetivo es ganar apoyo y, a menudo, votos […] Pero el espectro de una empresa que envía periodistas a viajes gratuitos para lograr ese objetivo abre un nuevo frente en estas guerras de premios, demostrando la mentalidad de ganar a toda costa por parte de Netflix combinada con la capacidad de pagar esos costos.”
El testimonio sigue, con revelaciones que podrían cambiar el futuro de Netflix de cara a los Oscars: “El Post se enteró de al menos cuatro de esos viajes este año. Todos ellos incluyeron estadías en hoteles de alta gama y encuentros privados con cineastas y estrellas, de acuerdo con tres personas que asistieron o estaban familiarizadas con los eventos pero que no estaban autorizadas a hablar sobre ellos públicamente. […] Tres de los viajes fueron para El irlandés, Dolemite es mi nombre y Los dos papas en Los Ángeles. Un cuarto, para el drama recientemente lanzado Historia de un matrimonio en Nueva York.”.