"Era un pibe de barrio al que le gustaba jugar al fútbol y la cumbia". Esa fue la primera frase que eligió Alejandro Palmas para definir a Rafael Nahuel, el joven asesinado en Bariloche por la Prefectura.
Palmas es el referente de la organización social "Colectivo Al Margen", un sitio donde Rafael (22 años) encontró en los últimos dos años de su vida su lugar de contención. Allí asistía dos veces por semana. Un lugar donde suelen ir jóvenes humildes de barrios cercanos y la mayoría con apellidos mapuches.
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"Rafa" vivía con su familia en el barrio Nahuel Hue, en la zona de El Alto, un lugar muy humilde de esa ciudad rionegrina. Compartía hogar con su madre, su padre y sus tres hermanos.
"No era ni RAM ni terrorista", afirmó Palmas en diálogo con El Destape. "Es un pibe al que le gustaba jugar mucho al fútbol, le gustaba la cumbia. Estaba desocupado. No pudo hacer estudios y estaba tratando de encontrarle la vuelta para llenar la olla", contó Palmas, que lo conocía hace años de la zona.
Al describir la personalidad de Rafael Nahuel, Palmas expresa: "Era un pibe re tranquilo, pacífico". Este joven de apenas 22 años fue asesinado ayer por las balas de la Prefectura, que en un operativo cuasi bélico intentó desalojar a la comunidad Lof Lafken Winkul Mapu, en Villa Mascardi. Por el hecho, además hay dos heridos.
¿Cómo llegó Rafael hasta ese lugar? Palmas le contó a El Destape que el joven fue a visitar a esa comunidad a sus tíos, que vivían ahí. Villa Mascardi está situado a 25 kilómetros del lugar donde vive "Rafa".
"Sus tíos sí pertenecen a esa comunidad. Él ayer fue a visitar a su tía y a su prima. Cada tanto iba para allá. A Rafa le gustaba participar de esa experiencia de volver al territorio, para conocer un poco la tradición mapuche, estaba en ese proceso de volver a sus raíces", aseguró Palmas a este portal.
Consultado sobre el conocimiento que Rafael tenía de los RAM o del caso Maldonado, Palmas contó que el joven "no estaba muy al tanto, apenas sabía lo que se sabe por los medios o las redes sociales".
El crimen de Rafael llegó en el mismo momento en que la familia de Santiago Maldonado se encontraba velando el cuerpo del artesano, que murió ahogado tras una represión de la Gendarmería a la comunidad mapuche en Esquel.
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