¿Quiénes son los que mueren en el Mediterráneo?

09 de mayo, 2015 | 13.17

Pero hay una noticia a la que se le presta menos atención: la mayoría de estos nuevos migrantes provienen de países como Siria, Libia o Irak. Es decir, países donde las potencias occidentales tuvieron responsabilidad directa en la promoción de la guerra civil interna (Siria), el bombardeo y destrucción del estado (Libia) o la invasión durante más de una década (Irak).

Eso es lo que se desprende de estudios recientes como el Análisis Anual de Riesgo 2015, de la agencia europea Frontex. Con un nombre ideal para una película futurista de un mundo hipercontrolado, Frontex es la agencia de la Unión Europea encargada de articular la gestión de las fronteras. El informe no deja lugar a dudas: "el número sin precedentes de migrantes que cruzan las fronteras tiene sus raíces en los enfrentamientos en Siria, que ha desembocado en la peor crisis de refugiados desde la Segunda Guerra Mundial".

Recientemente, la ACNUR (Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados) emitió otro documento donde alerta sobre el mismo fenómeno. Según la publicación, hasta el 2010 Siria ocupaba un modesto 20° puesto entre los países que más pedían asilo, pero en el 2014 trepó vertiginosamente al primer lugar en la tabla. En el medio, EEUU y Europa amenazaron con atacar el país y alentaron a grupos opositores a levantarse contra el gobierno.

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El otro caso paradigmático es Libia. Desde allí salen la mayoría de las precarias embarcaciones que intentan llegar a Italia, dada la cercanía entre las playas libias y el estrecho de Sicilia. Ese fue el caso de la tragedia del 19 de abril pasado, en la que murieron ahogadas más de 700 personas. Libia se convirtió en un verdadero centro de operaciones desde donde llegan migrantes de Medio Oriente y África para embarcarse hacia Europa. No casualmente, eso ocurrió desde que Libia quedó sumida caos luego de los bombardeos de la OTAN de 2011. Desde ya, la guerra civil y el auge del extremismo religioso hace que también muchos libios intenten escapar del país

Estos datos muestran que el drama de la migración y las muertes en el Mediterráneo obedecen más a un problema político que a uno económico-social, como ocurría años atrás.

Los líderes europeos no saben qué hacer ni qué decir ante la escalada de muertes de inmigrantes en las costas del Mediterráneo. En el 2013 la OIM (Organización Internacional para las Migraciones) registró a unos 700 inmigrantes que murieron antes de llegar a la orilla del viejo continente. En el 2014 la cifra se disparó hasta 3.000. En lo que va de este año, el número de personas fallecidas ya supera los 1.800.

Sin embargo, los gobiernos europeos no parecen estar dispuestos a revisar su política exterior en Medio Oriente y el Norte de África, sino a profundizar la misma línea de acción que llevó a un incremento de la migración y la muerte en el Mediterráneo. Eso al menos es