El juez Eduardo Farah, que integra hasta ahora la Sala I de la Cámara Federal, pidió su traslado fuera de Comodoro Py. El contexto, las fuertes presiones del Gobierno luego de que su voto desempatara la decisión de excarcelar a Cristóbal López. Se trata, sin embargo, de una salida hacia adelante y hasta con pretensión de elegancia, comparada con el destino que parece esperarle al juez Jorge Ballestero, con quien coincidió en el fallo que tanto molestó a Mauricio Macri. El caso de Farah es un fiel reflejo de las relaciones promiscuas con los servicios de inteligencia, y cualquier movimiento suyo tiene una clave de lectura en la pugna feroz que existe actualmente entre la Casa Rosada, la casa de los espías y la Corte Suprema. Y, por sobretodo, el interés de Macri por controlar la segunda instancia de Comodoro Py.
El Destape consultó a distintas fuentes que conocen las arenas movedizas de Comodoro Py. Varias coincidieron en un punto: que el juez Farah no actúa por motu propio, sino bajo directrices del arcaico pero eficiente binomio de operadores judiciales que conforman Antonio Jaime Stiuso y Javier Fernández. Este binomio, pese a sus influencias, no pasa un buen momento en su amorío con la Casa Rosada y no pudo ahora sostenerlo en Comodoro Py. Hábiles, optaron por un traslado que lo resguarde para futuros proyectos. Varias fuentes coinciden también en que Farah no se hubiera arriesgado a una investigación exhaustiva por parte del Consejo de la Magistratura con el auspicio del Grupo Clarín.
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“El impenitente gladiador de la Escudería Stiuso”. Así definió a Farah el periodista Horacio Verbitsky. Eran tiempos de tensiones en torno a la insólita denuncia de Alberto Nisman y la actitud de Farah, único juez que votó por impulsarla, reflejaba a las claras el cambio de época que marcó la firma del Memorándum con Irán dentro de la Escudería Stiuso. Hasta 2013, Farah no tuvo casi encontronazos con el kirchnerismo. A partir de entonces, sus votos fueron cantados. Memorándum, Papel Prensa, entre otros, lo encontraron siempre alineado con el antikirchnerismo. Durante esos años, tuvo un rol clave en la Cámara Federal, ya que ocupó un lugar en la Sala II pero subrogó la Sala I. Tal como resumió Verbistky, Farah es “a quien la escudería Stiuso colocó sobre el filo de ambas salas para que tenga una visión más completa del panorama”.
Su padrino judicial, sin embargo, fue más Javier Fernández, cuyo humilde lugar en la Auditoría General de la Nación es inversamente proporcional a su fuerte predicamento histórico en los despachos judiciales. Farah llegó a Comodoro Py en 2007 de la mano de Fernández. Se conocen desde chicos. En 2009, Fernández contó: “Nos conocemos desde tercer grado. Ibamos a campamentos. Fue el escolta o el abanderado del colegio. Chico brillante. Pero no es delito ser compañero de colegio de alguien, ¿no?”. Cuando llegó a la Cámara Federal sus compañeros de sala eran Gabriel Cavallo y Eduardo Freiler. Ninguno sigue en el puesto. Cavallo renunció al poco de la llega de Farah y Freiler fue una de las víctimas de la purga judicial macrista.
Farah no quiere seguir el camino de Freiler ni compartir el duro futuro próximo que le espera a Ballestero. “Soldado que huye sirve para otra batalla” parece la estrategia del eterno ajedrez de la dupla Stiuso-Fernández. Sin embargo, que tenga que tomar este rumbo muestra que no están quietas las aguas de la interna entre sectores de espías que escapan a las directivas del amigo presidencial Gustavo Arribas. Son tiempos de fuego cruzado y realineamientos de lealtades.
Otro factor es la Corte Suprema. ¿Habrá sido el caso de Farah uno de los temas de conversación entre los Supremos, Marcos Peña y Germán Garavano en la reunión que tuvieron esta semana? Como fuere, un eventual traslado de Farah deberá cumplir los requisitos que clarificó la Corte en su acordada 7. Según trascendió en varios medios Farah pidió hacer una escala en un Tribunal Oral en lo Penal Económico de la Capital Federal con destino final en la Cámara Federal de San Martín. Otra opción es Mar del Plata, donde Farah actuaba antes de su desembarco en Py.
Desde el Gobierno adelantaron que acompañarán su salida de Comodoro Py. El vocero fue Juan Mahiques, representante del Ejecutivo en el Consejo de la Magistratura. “El presidente Mauricio Macri va a firmar el traslado de Farah, ya lo dijo él y el ministro de Justicia, Germán Garavano", declaró en Radio Nacionalel consejero Mahiques, cuyo padre Carlos fue puesto a dedo en la Cámara Federal de Casación Penal y es uno de los traslados más cuestionados y puestos en vilo por la Corte.
El anuncio de Mahiques no suena inverosímil. La salida de Farah deja una nueva vacante en la Cámara Federal, la instancia por la que van a pasar todas las causas que tramitan en Comodoro Py y en las que el Gobierno tiene especial interés. De los 6 lugares en la Cámara Federal ya ya dos vacantes, las de Freiler y Horacio Cattani. Macri ya trasladó a Leopoldo Bruglia a la Sala I y se apresta a completarla con Mariano Llorens. El destierro de Farah dejaría a la Sala II en manos del juez Martin Doctrina Irurzun. Una fuente de alto rango en Comodoro Py llegó a indicar que Farah no estaba cómodo con la Doctrina de encarcelamiento de opositores de su compañero de Sala. El dato tiene cierta verosimilitud. Si bien Irurzun y Farah votaron generalmente juntos, en el fallo que estableció la Doctrina Irurzun el juez Farah tuvo una disidencia parcial justo sobre ese punto, aunque acompañó la decisión de pedir el desafuero y detención de Julio de Vido.