El equipo de campaña de Mauricio Macri, bajo las órdenes de Marcos Peña y solventado con el desvío de fondos del Ente de Turismo Porteño, también captó y manipuló datos personales de los vecinos y vecinas que participaban en los timbreos de Cambiemos, según consta en los más de cuatro mil correos electrónicos a los que tuvo acceso El Destape.
En este nuevo capítulo de los “PeñaLeaks”, queda demostrado cómo la alianza Cambiemos pergeñó un plan de comunicación y utilización de datos de su electorado, detrás de la fachada de las caminatas y presentaciones supuestamente espontáneas, protagonizadas por sus principales candidatos políticos. Según pudo comprobar este portal, en el contenido de los mails se evidencia que el sistema era centralizado directamente por Ezequiel Colombo, quien era Director Ejecutivo de Comunicación del Ente de Turismo porteño y reportaba directamente a Fernando De Andreis, actual Secretario General de la Presidencia. Además, aparece mencionado el Secretario de Cultura Pablo Avelluto, por entonces Coordinador del Sistema de Medios Públicos de la Ciudad de Buenos Aires.
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La estrategia de comunicación diseñada por el equipo de Marcos Peña consistía de dos puntos centrales: por un lado, las mesas de campaña esparcidas a lo largo y ancho del país, en las cuales Cambiemos gastó millones de pesos de forma irregular en merchandising que, como quedó demostrado en la anterior publicación de los PeñaLeaks, no fueron debidamente registrados ante la Justicia Electoral; por otro lado, los candidatos realizaban un “mano a mano simbólico” con cada vecino y vecina, con el supuesto fin de “conocer sus historias”.
Sin embargo, como queda explícito en el cruce de correos electrónicos, la intención final era conseguir los datos de las personas para llevar adelante “conclusiones de timbreo”.
En un mail enviado a Ezequiel Colombo bajo el asunto “Timbreo”, se hace referencia directa a que “se consiguieron más datos que en otras jornadas nacionales”, y se destaca la cantidad de contactos conseguidos. En este sentido, se habla de “datos de mayor calidad” obtenidos “desde el territorio”. Además, en el mismo correo se notifica a Colombo que “en el NOA/NEA (Noroeste y Noreste Argentino) hay mayor uso de Facebook que de Twitter”. Y se sugiere “pedir que salgan con cuadernos para anotar y no con las planillas”.
Al observar estas “conclusiones de timbreo”, una de las preguntas que surge es para qué Cambiemos necesitaba los datos personales de los vecinos y vecinas a quienes hacían participar de los timbreos. Por otro lado, también corresponde preguntar por qué el equipo de campaña de Macri precisaba saber las preferencias de redes sociales de su posible electorado. Sobre todo, luego de haberse conocido el escándalo de Cambridge Analytica, la consultora británica que admitió la manipulación de información falsa y fake news en Facebook durante las últimas elecciones presidenciales en Argentina.
Por su parte, en un correo en el cual aparece involucrado el actual Secretario de Cultura de la Nación, Pablo Avelluto, se sugiere “que MM (Mauricio Macri) haga un mano a mano simbólico con un grupo de repartidores del conurbano”, en una clara puesta en escena electoral.
En este mismo sentido, fue diseñada la estrategia comunicacional para la candidatura de María Eugenia Vidal en la provincia de Buenos Aires. El 3 de septiembre de 2015, se notifica a De Andreis sobre la “Agenda de Almirante Brown”, en la que se detalla paso por paso la ficción montada para el timbreo vecinal. En el mail, puede observarse un cronograma delimitado con la cantidad de metros exactos a recorrer por Vidal en la caminata, la cantidad de visitas por manzana y cómo sería el armado: “los tres encuentros son en la vereda y con gente que la rodea”.
Esta estrategia de comunicación engañosa no solo se remitió a la provincia de Buenos Aires y la Ciudad de Buenos Aires, sino que fue ejecutada por todo el país. Así queda apuntado en el ejemplo de Formosa, en donde notifican un “plan de acción” que refiere directamente al “TIMBREO” en un barrio cuyo “referente territorial identificó mayor permeabilidad al PRO”. “A ese sector vamos con lapiceras, volantes y fichas de afiliación”, señalaba el equipo de campaña de Cambiemos en uno de los cuatro mil mails a los que tuvo acceso El Destape.
Por otro lado, el equipo de Marcos Peña cruzaba distintos archivos internos con diapositivas en las cuales se bajaba línea de cómo los militantes de Cambiemos debían realizar cada una de las acciones de campaña con los vecinos y las vecinas. Desde el circuito de los timbreos con la presencia de los candidatos más importantes hasta el armado básico de una mesa llena de merchandising en la esquina de un barrio, todo estaba previamente planeado por los funcionarios del Ente de Turismo Porteño, que participaban directamente en la campaña bajo las órdenes de Peña y De Andreis.
En una de las presentaciones digitales, se observa el plan diseñado por Ezequiel Colombo y Pamela Sandoval, referente del “Equipo de Comunicación del PRO”: en el mismo, se insta a convocar a “miles de vecinos”, a través del “llamado telefónico a los hogares, pauta en redes sociales, E-mail, SMS y la prensa”. Asimismo, el equipo de campaña ordenaba al candidato a hablar de “historias reales”, con un grupo de “70 a 100 vecinos”, ya que “le dan cercanía y lo humanizan”.
Por otro lado, en un documento titulado “Comunicación Masiva”, el grupo de Marcos Peña detalla una parte de la cantidad de merchandising comprado para la campaña de 2015: 150.000 globos, 150.000 pulseras, 500 sombrillas, 25.000 biromes, 1.000 banderines y 2.000 pecheras. Estos datos pueden contrastarse directamente con el pago de millones de pesos en merchandising a través de la empresa CAP Publicidad, demostrado por El Destape en la anterior entrega de los “PeñaLeaks”. La empresa CAP Publicidad presupuestó más de 3 millones y medio de pesos en kits de merchandising; sin embargo, Cambiemos solo registró 600 mil pesos en el balance final ante la Justicia Electoral.
De acuerdo a estos más de cuatro mil correos electrónicos internos, queda evidenciado el sistema de comunicación engañosa y robo de datos montado por Cambiemos con fines electorales durante la campaña de 2015.