Por Darío Gannio
Redacción El Destape
Chip, PIN, claves autogeneradas que se usan una sola vez, huellas digitales y control de voz. Esas son algunas de las introducciones que entrarán en las tarjetas de crédito del futuro. Algunas ya se usan en buena parte del globo y otras empezaron a verse solo en un puñado de países. ¿Cómo serán los plásticos en el futuro?
Redacción El Destape
Chip, PIN, claves autogeneradas que se usan una sola vez, huellas digitales y control de voz. Esas son algunas de las introducciones que entrarán en las tarjetas de crédito del futuro. Algunas ya se usan en buena parte del globo y otras empezaron a verse solo en un puñado de países. ¿Cómo serán los plásticos en el futuro?
Con la multiplicidad de tarjetas que hay en el mundo (hay unas 2.000 millones) y de fraudes, las compañías emisoras y de postnet anunciaron que intentarán actualizar cada vez más el producto. El objetivo es, justamente, evitar las estafas y personalizar cada vez más el producto.
Fue justamente el incremento del delito en la última década lo que hizo que se introdujeran el PIN para las compras con crédito y débito y el chip, que tiene un seguimiento más cercano de cada comprador y que todavía no se generalizó en el país. Pero el aumento de los "impostores" en muchos mercados hizo que las compañías más grandes buscarán nuevas formas.
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"El chip es mucho más difícil de caer en el fraude, pero siempre corremos de atrás a los evasores", admitió el CEO de MasterCard para Argentina, Martín Lang, en una conferencia que brindó en la IV Bienal de Management. El ejecutivo contó que en muchos lugares el delito aumentó y que, por eso, las firmas buscaron cambiar del tradicional método de las múltiples contraseñas a la biometría.
Lang expuso que uno de los países en los que se estrenó este método es en Sudáfrica. Es que allí muchos embaucadores truchaban tarjetas para poder recibir planes sociales destinados a otros ciudadanos. Es que las transferencias en ese país se dan a través de Mastercard.
Por eso, en el país de Nelson Mandela comenzó a usarse el reconocimiento de voz cuando se daban esos planes y cuando se gastaba esa plata, según detalló Lang, que calculó que en unos años eso se va a extender a todo el globo.
En Argentina, donde aún no todas las tarjetas tienen chip o PIN, el delito es bajo. Es que hay poco más de un plástico por persona, pero mal repartido: solo el 20% de las operaciones se dan con esta forma de pago, aunque eso involucra el 50% del volumen transado. "Argentina tardó en ir al chip porque el fraude era bajo, pero va evolucionando" agregó el empresario en el Consejo Profesional de Ciencias Económicas, que dijo que también se suman métodos como el e-token, que genera nuevas claves constantemente. Por eso, para Lang el comercio electrónico va a tener mucho crecimiento.
En ese campo, el desarrollo de nuevas tecnologías de pago será fundamental y en eso tienen un importante rol las terminales y dispositivos móviles con comunicaciones de campo cercano, los cuales se encuentran en sus primeras etapas. Ahí apunta el comercio mundial, y las "tarjetas sin contacto" son las que ganarán lugar.