El presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, comenzó hoy a escuchar a los partidos con representación parlamentaria, un día después de la dimisión de António Costa a su cargo de primer ministro, que ocupaba desde 2015, tras haber sido implicado en un escándalo de corrupción, y con la convocatoria de elecciones anticipadas como escenario posible.
Rebelo de Sousa se reunió con el único representante de agrupación Livre en el órgano legislativo, Rui Tavares, quien, tras el encuentro, no detalló lo ocurrido en la reunión y se abstuvo de expresar cualquier impresión.
"No hemos pedido ni exigido nada", declaró Tavares, tras dialogar el Palacio de Belém, en Lisboa, con Rebelo de Sousa, según replicó la agencia de noticias Europa Press.
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Tavares manifestó que en caso de que el Presidente decida disolver el Parlamento y convocar a elecciones anticipadas, debe hacerse "lo antes posible", puesto que "no interesa al país que se prolongue una situación de incertidumbre".
"Livre no presiona para un escenario u otro", agregó el legislador y reiteró que su formación pone por delante los intereses del país frente a los partidistas.
"Ya hemos visto declaraciones bastante incendiaras por parte de varios partidos y con una situación tan inflamable no necesitamos partidos incendiarios", remarcó Tavares.
Está previsto que la ronda de encuentros se prolongue por la tarde, con el Partido Socialista como última fuerza parlamentaria en la lista para ser recibido por el Presidente.
Después de haber escuchado a los partidos, Rebelo de Sousa se reunirá mañana con el Consejo de Estado, órgano consultivo en el que participan expresidentes y donde se encuentra el propio Costa, y, por la noche, se dirigirá a la ciudadanía para comunicar su decisión.
Los principales partidos de la oposición de izquierda y de derecha se habían pronunciado a favor de elecciones anticipadas.
"Las circunstancias justifican dar la palabra al pueblo portugués organizando elecciones anticipadas", dijo Luis Montenegro, presidente del Partido Socialdemócrata (PSD), principal fuerza de la oposición de derecha.
Por su parte, el Partido Socialista afirmó estar preparado para todos los escenarios, "ya sea elecciones anticipadas o un cambio de líder en el gobierno", según el presidente del PS, Carlos César.
La jornada de ayer había comenzado con una serie de registros en ministerios, firmas de abogados y dentro de la residencia del primer ministro, antes de desembocar horas más tarde en la dimisión sorpresa de Costa.
La decisión del ex primer ministro se produjo tras descubrir que su nombre había sido citado en un caso de corrupción relacionado con la producción de hidrógeno en el sur de Lisboa y la explotación de litio en el norte del país.
El caso que salpica a Costa, uno de los pocos socialistas al frente de un gobierno europeo, se refiere a sospechas de "malversación, corrupción activa y pasiva de titulares de cargos políticos y tráfico de influencia", según la Fiscalía.
De acuerdo con el Ministerio Público, Costa es sospechoso de haber intervenido "para desbloquear procedimientos" en el marco de este asunto y será "objeto de una investigación" autónoma por parte de la Corte Suprema de Justicia.
"Las funciones de primer ministro no son compatibles con cualquier sospecha relativa a mi integridad. En estas circunstancias, he presentado mi dimisión al presidente de la República", Marcelo Rebelo de Sousa, declaró Costa ayer, que no está acusado formalmente de nada y que rechaza las acusaciones.
Después de ganar por mayoría absoluta en enero de 2022, Costa vio desde entonces su popularidad erosionarse a causa de escándalos repetidos.
La partida de Costa, de 62 años, abre así la carrera por su sucesión en el seno de su partido.
Costa, también secretario general del Partido Socialista, convocó una reunión en la sede de su partido a realizarse mañana para analizar la situación política.
Entre los detenidos está el jefe de gabinete de Costa, Vítor Escária, el alcalde de Sines, el socialista Nuno Mascarenhas, y el empresario Diogo Lacerda Machado, amigo íntimo del ex funcionario.
En paralelo, fueron imputados los ministros de Medio Ambiente e Infraestructuras, Duarte Cordeiro y Joao Galamba, respectivamente.
Con información de Télam