El papa Francisco pidió hoy a la Iglesia de Marsella que se abra a los migrantes, al dar su primer discurso en la ciudad del sur de Francia, a la que arribó hoy para una visita de dos días centrada en la situación de las personas que buscan llegar a Europa a través de la ruta marítima del Mediterráneo.
"Abramos las puertas de las iglesias y las casas parroquiales, pero sobre todo las del corazón, para mostrar el rostro de Nuestro Señor a través de nuestra mansedumbre, amabilidad y hospitalidad", planteó el pontífice al encabezar una oración mariana con el clero diocesano en la Basílica Notre Dame de la Garde.
"Que cualquiera que se les acerque no encuentre distancias y juicios, sino el testimonio de una humilde alegría, más fructífera que cualquier capacidad ostentosa", agregó el pontífice de cara a los sacerdotes locales en una ciudad a la que definió antes de llegar como una "ventana" al Mediterráneo.
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En su mensaje a los religiosos, Francisco deseó además "que los heridos de la vida encuentren un puerto seguro en su mirada, un aliento en su abrazo, una caricia en sus manos, capaces de enjugar lágrimas".
En su viaje 44 fuera de Italia como Papa, Jorge Bergoglio llegó este viernes a Marsella para una visita de dos días en la que centrará sus mensajes en la situación inmigratoria en el Mediterráneo, además de mantener un encuentro con el presidente francés, Emmanuel Macron, el sábado a la mañana.
Con información de Télam