Shehbaz Sharif fue elegido hoy primer ministro de Pakistán, cargo que ocupará por segunda vez, tras unas elecciones cuyo resultado fue cuestionado por los simpatizantes del popular y encarcelado exmandatario Imran Khan.
Los comicios del mes pasado, en las que se renovó el Parlamento, máximo órgano de poder del país, se vieron ensombrecidas por la violencia, la exclusión de Khan de la votación y un retraso inusual en el anuncio de los resultados.
Luego de semanas de negociaciones poselectorales, el Parlamento entrante eligió hoy a Sharif primer ministro por 201 votos, más del doble de los 91 recabados por su rival Omran Ayub Khan, el candidato que respaldaba el exprimer ministro Khan.
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Sharif, de 72 años y líder del partido Liga Musulmana de Pakistán (PML-N), dirigió el Gobierno de este país musulmán dotado de armas atómicas por primera vez entre el 11 de abril de 2022 y el 13 de agosto de 2023.
Su partido salió segundo en las elecciones del 8 de febrero, detrás de un grupo de políticos independientes que apoyaban a Khan, pero se alió con otras formaciones de signo muy diverso y logró tener mayoría parlamentaria y, por ende, formar Gobierno.
Al nuevo primer ministro -que en Pakistán es el jefe de Gobierno y tiene más poder real que el presidente o jefe de Estado-, no le será fácil gobernar, en primer lugar, por las dificultades que entraña liderar una coalición que analistas consideran demasiado variada.
Además, deberá enfrentar tanto la grave situación económica que atraviesa el país de 231 millones de habitantes, la siempre presente amenaza del islamismo radical y la influencia del poderoso Ejército.
Pero sobre todo, deberá lidiar con una crisis política, ya que Pakistán está violentamente polarizado desde la detención del Khan el año pasado, meses antes de las elecciones.
El político más popular del país fue objeto de más de 150 procesos judiciales desde su destitución del poder en 2022, acusaciones que, según él, estuvieron motivadas por cuestiones políticas.
Khan, de 71 años, está detenido desde el 5 de agosto pasado después de una condena a tres años de cárcel por un caso de corrupción, razón por la cual no pudo ser candidato.
Su arresto desató varios días de caos. Miles de sus simpatizantes incendiaron edificios y cortaron carreteras en varias regiones.
Tras estos hechos, un gobierno interino, compuesto por tecnócratas, llevó las riendas de este país asiático hasta la celebración de las elecciones, en las que los aliados del expremier sacaron la mayor parte de los votos, pero no como para gobernar solos.
Según Khan, el recuento de votos fue manipulado a iniciativa del Ejército, muy influyente en el país, para impedir que su partido tomara el poder.
Hoy, la agitada sesión parlamentaria estuvo marcada por insultos que se profirieron diputados afines a Sharif y a Khan, informó la agencia de noticias AFP.
Sharif, que es hermano menor del expremier Nawaz Sharif, prestará juramento mañana, para una legislatura -el mandato del Parlamento- de cinco años.
Hasta el momento, ningún primer ministro de Pakistán llegó al término de su mandato.
"Si decidimos conjuntamente cambiar el destino de Pakistán [...] seremos capaces de superar colectivamente esos desafíos, altos como el Himalaya y vastos como los océanos", afirmó hoy Sharif ante los diputados.
Bajo su primer gobierno, Pakistán, profundamente endeudado y falto de liquidez, rozó el impago y tuvo que recurrir a un nuevo paquete del Fondo Monetario Internacional (FMI).
Ahora, con la inflación rondando el 30% desde hace más de un año -aunque últimamente haya empezado a bajar- y un crecimiento económico que no se prevé mayor del 2% en 2024, según el FMI, un nuevo plan de ayuda de esa organización parece inevitable.
La composición del nuevo gobierno debería anunciarse en los próximos días.
Con información de Télam