Las Fuerzas Armadas israelíes y el movimiento chiita libanés Hezbollah protagonizaron hoy un nuevo intercambio de disparos a través de la frontera entre Líbano e Israel, que alimenta la tensión en Medio Oriente tras el ataque de Hamas la semana pasada y en medio de los bombardeos en la Franja de Gaza.
El "intercambio de disparos y ataques" en la parte oriental de la frontera, cerca de la localidad de Kfar Shuba, fue confirmado por el vocero de la Fuerza Interina de Naciones Unidas en Líbano (Finul), informó el diario local L'Orient le Jour.
De acuerdo con la televisión libanesa Al Manar, afín a Hezbollah, se produjeron disparos de "la artillería de la Resistencia" contra territorio controlado por Israel y los atacantes "estuvieron expuestos a la réplica de proyectiles" israelíes.
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"Cualquier agresión israelí contra el Líbano tendrá una respuesta dura y rápida, sin dudarlo", advirtió el jeque Nabil Kauk, miembro del Comité Central de Hezbollah, aliado de Hamas, en declaraciones a la agencia de noticias oficial NNA.
Kauk recordó el reciente envío de un portaaeronaves estadounidense al Mediterráneo oriental y declaró que "Hezbollah no teme a las flotas y no está amenazado por los portaaviones".
"Estará donde necesita estar y hará lo que tenga que hacer", profundizó.
"Occidente se ha quitado la máscara y ha mostrado su hipocresía, en el colmo de la impostura política y mediática. Esto no nos sorprende", apuntó.
Posteriormente, el máximo dirigente de la aldea libanesa de Shebaa, Mohammad Harb, confirmó que dos civiles murieron por un bombardeo israelí.
Por su parte, las Fuerzas Armadas israelíes anunciaron que estaban atacando "el origen de los disparos en respuesta a varios lanzamientos desde territorio libanés hacia la zona del monte Dov", en un comunicado replicado por la agencia de noticias Europa Press.
"Se dispararon unas 30 granadas de mortero, algunas de las cuales impactaron en territorio israelí", detalló el Ejército, que agregó que había lanzado un ataque aéreo contra un grupo de hombres armados que planeaba lanzar misiles antitanque.
La nueva escalada comenzó el sábado pasado tras un sorpresivo ataque de Hamas por mar, tierra y aire, que mató alrededor de 1.300 personas en Israel, 258 de ellos soldados, según el Ejército, mientras que por la respuesta israelí otras 2.215 fallecieron del lado de Gaza, entre ellas 724 niños, de acuerdo con las autoridades palestinas.
Estos enfrentamientos dispararon las tensiones entre Israel y Hezbollah, aliado de Hamas, cuyas rispideces aumentaron en los últimos meses, luego de que en abril pasado la milicia chiíta libanesa levantara un campamento en la zona desmilitarizada de la frontera.
Hezbollah, que ya libró varios conflictos armados con Israel y se atribuyó varios ataques a posiciones israelíes desde el comienzo de la guerra, intercambió disparos el domingo pasado con el Ejército israelí en apoyo al ataque de Hamas, y denunció que tres de sus combatientes habían muerto en ataques aéreos israelíes en el sur de Líbano.
El miércoles pasado, las fuerzas israelíes informaron del lanzamiento de un proyectil antitanque desde el Líbano hacia un puesto militar adyacente a la norteña localidad israelí de Arab al Aramshe y recomendaron a quienes vivían cerca de la frontera abandonar la zona ante el peligro de una escalada.
El mismo día, como respuesta, los aviones de las Fuerzas de Defensa de Israel atacaron objetivos de Hezbollah en el sur del Líbano.
La agencia de noticias NNA dijo el jueves que Israel había bombardeado con artillería la zona de la sureña localidad fronteriza de Dhayra.
Con información de Télam