Los sastres de Gaza ajustan la ropa de los palestinos, asediados por el hambre

30 de mayo, 2024 | 13.22

Tras ocho meses de campaña militar israelí y la crisis de hambre que ha provocado, el sastre palestino Anwar Abu Keresh explica que ahora tiene que ajustar la ropa de sus clientes para que quepa en los cuerpos cada vez más delgados de la gente.

Según la ONU, más de un millón de personas se enfrentan a niveles "catastróficos" de hambre en Gaza y hay hambruna en algunas partes del enclave. Los suministros de ayuda al territorio se han desplomado desde que Israel comenzó las operaciones militares en Rafah este mes.

"Ahora estamos ajustando la ropa a tallas pequeñas debido a la falta de alimentos, la falta de agua, y no hay nada que la gente pueda comer. La gente vive de comida enlatada", afirma Abu Keresh en un video obtenido por Reuters. "Nadie debería ajustar su ropa. La ropa de la gente debería haberse quedado igual".

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Abu Keresh estaba cosiendo mientras una madre y sus hijos esperaban cerca a que terminara de recoger su ropa. "Yo pesaba más de 90 kilos. Antes, me aflojaba la ropa, pero ahora me la tengo que apretar", dijo la mujer, que se identificó como Um Alaa Abu Sameha.

"No sólo nosotras hemos perdido peso, incluso mi nieta se ha visto afectada por la guerra, ha adelgazado. Le he traído ropa, estoy haciendo que le ajusten los pantalones cortos para que pueda ponérselos", indicó.

En Deir al-Balah, en el centro de Gaza, la gente mostraba fotografías de antes de la guerra -con casi todos los habitantes desplazados de sus hogares- para comparar su aspecto con el que tenían antes de octubre. Um Arshad al-Sursok mostró una foto de su hijo Mohammed, de cinco años.

"Ahora, como pueden ver, ha perdido mucho peso. Sólo le quedan dos conjuntos de ropa", explicó. "Cambio esto por aquello y cuando veo que le queda holgado tengo que llevarlo al sastre para que se lo apriete", detalló.

JAN YUNIS

El asalto israelí a Rafah forma parte de una campaña militar más amplia desencadenada por el ataque de Hamás contra Israel el 7 de octubre.

La ciudad, en la frontera con Egipto, había sido el último lugar de Gaza en el que no habían entrado las tropas israelíes y más de un millón de personas se habían refugiado allí tras verse obligadas a abandonar sus hogares por la guerra.

La mayoría de ellos han huido ahora, muchos a la zona de playa de al-Mawasi, a las afueras de Rafah, donde viven en tiendas de campaña o chabolas, otros a las ruinas de sus antiguos hogares.

En Jan Yunis, no lejos de Rafah, Ikram al-Ham se refugiaba con su familia en una tienda entre los escombros. La ropa colgaba de los restos destrozados de un tejado.

"Esta casa tiene muchos recuerdos. En ella di a luz a cinco hijos. Los crié con mi corazón y mi sangre", relató, describiendo sus restos destruidos como "una cueva de miedo". "Miro las casas de otras personas y los escombros y pienso: ¿cuándo volverá Palestina, o incluso Gaza?".

Rebuscó entre los escombros, inspeccionando el viejo frigorífico roto de la familia que una vez contuvo comida para los niños que ahora pasan hambre. Por la noche, sin luz eléctrica, las ruinas son aterradoras.

"Siempre encontraba a los niños jugando aquí y solían ser felices. Ahora no veo a nadie feliz", lamenta.

Con información de Reuters

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