Haití ha visto morir a casi 13 personas en promedio cada día este año, de acuerdo a un informe de Naciones Unidas publicado el viernes, que insta a adoptar controles más estrictos sobre el tráfico de armas, entre otras medidas, mientras una guerra entre pandillas impulsa una crisis humanitaria que empeora.
Al menos 3.451 personas han sido asesinadas desde enero, según un reporte del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos publicado días antes de que expire el mandato de la ONU para crear una fuerza de seguridad que apoye a la policía haitiana.
"No se deben perder más vidas por esta criminalidad sin sentido", dijo el comisionado Volker Turk en un comunicado.
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Haití solicitó inicialmente la misión en 2022 y fue aprobada hace un año, pero solo se ha desplegado una fracción de las tropas prometidas por un puñado de naciones y la financiación sigue siendo escasa. Haití ha pedido a la ONU que considere convertirla en una misión formal de mantenimiento de la paz para asegurar fondos y capacidad estables.
Turk dijo que estaba claro que la misión necesita "equipamiento y personal adecuado y suficiente para contrarrestar a las bandas criminales de manera efectiva y sostenible, y evitar que se propaguen más y causen estragos en la vida de las personas".
Según el informe, el primer despliegue de la misión en junio provocó que las bandas reclutaran a un gran número de niños en sus filas. Además, cerca de 100 niños han sido asesinados en lo que va de año, algunos en ataques de bandas y otros en operaciones policiales.
La violencia se ha extendido más allá de la capital, alimentada por el tráfico de armas, principalmente procedente de Estados Unidos, pero también de República Dominicana y Jamaica, que ha persistido a pesar de un embargo internacional de armas.
El informe señala que los espacios aéreos mal vigilados, las costas y las fronteras porosas estaban permitiendo a las pandillas obtener armas de alto calibre, drones, barcos y "un suministro aparentemente interminable de balas".
El número de personas desplazadas internamente por la violencia casi se ha duplicado en los últimos seis meses hasta superar las 700.000, mientras que se estima que unos 1,6 millones de personas se enfrentan a una inseguridad alimentaria de emergencia, el peor nivel antes de la hambruna.
Con información de Reuters