La Justicia de Francia detuvo esta semana a un antiguo alto responsable de Ruanda y lo acusó de haber participado en el genocidio de 1994 en el país africano, informó hoy una fuente cercana al caso.
Pierre Kayondo, exprefecto y exdiputado de unos 70 años, fue detenido el martes pasado y acusado de complicidad de genocidio y crímenes contra la humanidad, según esta fuente, que requirió el anonimato, replicó la agencia de noticias AFP.
Kayondo era investigado en Francia desde finales de 2021, luego de que el colectivo de víctimas CPCR denunciara que había participado "activamente en la organización de los exterminios en Ruhango y Tambwe, en la prefectura de Gitarama, al permitir la constitución de grupos de milicianos interahamwe, suministrar armas y participar en reuniones".
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"Era un hombre cercano a personalidades condenadas por genocidio", como el coronel Aloys Simba y Ephrem Nkezabera, apodado "el banquero" del genocidio, afirmó Alain Gauthier, presidente del CPCR, que afirmó que Kayondo residía en la ciudad de El Havre, en el noroeste de Francia.
En Ruanda, un país del este de África densamente poblado, se desarrolló en la década de 1990 un sangriento conflicto entre comunidades y fuerzas de las etnias hutu y tutsi.
El genocidio dejó más de 800.000 muertos, según la ONU, sobre todo miembros de la etnia tutsis exterminados entre abril y julio de 1994.
El 6 de abril de 1994, un atentado acabó con la vida del gobernante ruandés Juvénal Habyarimana, enemigo de los tutsi, y de su par de la vecina Burundi, Cyprien Ntaryamira, ambos de la etnia hutu.
Estos hechos desataron el inicio del genocidio de Ruanda, en el que se cometieron en apenas 100 días más de 800.000 asesinatos, principalmente de integrantes de la minoría étnica tutsi, así como de hutus moderados que se oponían a las matanzas.
Los sucesos de la iglesia católica de Nyange fueron uno de los más brutales del genocidio, en el que tanto milicias hutus como civiles asesinaron a 2.000 tutsis que se habían refugiado en la construcción.
La matanza terminó cuando las tropas del Frente Patriótico Ruandés (FPR), dirigidas por el actual presidente Paul Kagame, derrotaron a los rebeldes hutus y tomaron el control del país.
Numerosos ruandeses fueron condenados por la Justicia de su país, tribunales internacionales o de países occidentales, por hechos vinculados al genocidio.
El Tribunal Penal Internacional para Ruanda (TPIR) condenó a 62 personas, mientras otros, como Augustin Bizimana, uno de los principales cerebros de la matanza, murieron sin haber comparecido ante la justicia internacional.
Con información de Télam