Miles de personas se manifestaron el domingo en Madrid para exigir una vivienda más asequible, en medio de la creciente indignación de los españoles que se sienten excluidos del mercado.
Bajo el lema "La vivienda es un derecho, no un negocio", los residentes se manifestaron en la capital española para exigir precios más bajos en el alquiler de viviendas y mejores condiciones de vida.
Doce mil personas salieron a la calle, según el Gobierno español.
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"Los españoles no pueden vivir en sus ciudades. Nos están echando de las ciudades. El Gobierno tiene que regular los precios, regular la vivienda", dijo la enfermera Blanca Prieto, de 33 años.
En julio, el Gobierno español anunció medidas enérgicas contra los alquileres vacacionales de corta duración y de temporada. Tiene previsto investigar los anuncios en plataformas como Airbnb y Booking.com para comprobar si tienen licencia.
España se esfuerza por encontrar un equilibrio entre la promoción del turismo, motor clave de su economía, y la preocupación de los ciudadanos por los alquileres inasequibles debidos a la gentrificación y al cambio de propietarios por alquileres turísticos más lucrativos.
En manifestación separada realizada el domingo en Barcelona contra la carrera de yates America's Cup, los manifestantes culparon al acontecimiento deportivo internacional de elevar los precios de los alquileres y de atraer a más turistas a una ciudad superpoblada.
Los residentes de las Islas Canarias y Málaga también han organizado protestas este año contra el aumento de los alquileres turísticos. Los trabajadores temporeros de la hostelería tienen dificultades para encontrar alojamiento en estas zonas turísticas, y muchos recurren a dormir en caravanas o incluso en sus coches.
Con información de Reuters
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