El hombre más poderoso de Georgia se proclamó vencedor de las elecciones celebradas el sábado, pero la oposición pidió al partido gobernante que admitiera su derrota, preparando el terreno para un enfrentamiento sobre el futuro del país del Cáucaso Sur.
El multimillonario fundador del partido Georgian Dream, Bidzina Ivanishvili, la oposición y diplomáticos extranjeros habían calificado las elecciones como un momento decisivo que decidiría si Georgia se acerca a Occidente o se inclina de nuevo hacia Rusia en medio de la guerra en Ucrania.
Los resultados oficiales, con el 70% de las urnas escrutadas, mostraban que el partido gobernante había obtenido el 53% de los votos, pero los partidos de la oposición prooccidental, profundamente divididos, afirmaron que habían logrado una mayoría colectiva.
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Los sondeos a pie de urna arrojaron resultados muy diferentes. El canal de televisión Imedi, partidario de Georgian Dream, daba al partido gobernante un 56% de los votos. Los sondeos de los canales favorables a la oposición daban buenos resultados a esos partidos.
Ivanishvili, ex primer ministro, se atribuyó la victoria y elogió al pueblo georgiano. Pero la oposición también celebró el triunfo y dijo que el empresario debería reconocerlo.
Tina Bokuchava, líder del partido Movimiento Nacional Unido del ex presidente Mikheil Saakashvili, declaró a Reuters que la oposición había ganado por un margen del 10%.
"Con este telón de fondo, la mayoría de la gente se tomará con humor las afirmaciones de Bidzina Ivanishvili sobre una mayoría gubernamental", declaró Bokuchava. "Creemos que el público georgiano ha votado claramente por un futuro en el corazón de Europa y ninguna postura cambiará eso".
La presidenta de Georgia, Salome Zourabichvili -cuyos poderes son principalmente ceremoniales- y observadores electorales nacionales independientes habían denunciado que Georgian Dream estaba implicado en la compra generalizada de votos y otras formas de malas prácticas electorales.
Georgian Dream no respondió inmediatamente a una solicitud de comentarios. Ivanishvili, que hizo fortuna en Rusia en la década de 1990, llegó al poder en 2012 defendiendo posturas prooccidentales y una política pragmática hacia Moscú.
Desde entonces se ha distanciado de Occidente, al que acusa de querer arrastrar a Georgia a un conflicto con Rusia, aunque insiste en que el país está en vías de adherirse a la UE.
Georgia fue en su día uno de los Estados más prooccidentales surgidos del colapso de la Unión Soviética. La carretera que sale del aeropuerto de Tiflis lleva el nombre del expresidente estadounidense George W. Bush.
Desde la invasión rusa de Ucrania en febrero de 2022, las relaciones de Tiflis con Occidente han empeorado bruscamente. A diferencia de muchos aliados occidentales, Georgia se negó a imponer sanciones a Moscú, mientras que la retórica de Georgian Dream se ha vuelto cada vez más prorrusa.
El sondeo a pie de urna de Formula, favorable a la oposición, indicaba que el partido gobernante sería el partido más votado, pero que las cuatro principales agrupaciones de la oposición sumarían 83 escaños.
Los cuatro principales bloques de la oposición de Georgia están profundamente divididos, y no está claro si podrán trabajar juntos si privan a Georgian Dream de su mayoría.
Con información de Reuters
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