Más de 110 países establecieron hoy la meta de triplicar la capacidad de las energías renovables y otro grupo se propuso también triplicar la generación de energía nuclear, en dos anuncios realizados en el tercer día de la COP28 en Dubai, Emiratos Árabes Unidos (EAU), que si bien apuntan a abandonar la dependencia de los combustibles fósiles no son vinculantes.
El primer grupo, formado por 116 países, se comprometió a "trabajar juntos" para aumentar la capacidad instalada de las energías renovables globales (energía eólica, solar, hidroeléctrica, entre otras) hasta los 11.000 gigavatios (GW), de aquí a 2030.
La cifra representa más del triple de los cerca de 3.400 GW actuales.
Este contenido se hizo gracias al apoyo de la comunidad de El Destape. Sumate. Sigamos haciendo historia.
La Presidencia emiratí de la COP28 dijo que ese objetivo tiene en cuenta "los diferentes puntos de partida y circunstancias nacionales" de cada país signatario.
Según los climatólogos, para alcanzar la neutralidad carbono a mediados de siglo es imprescindible reducir lo antes posible la dependencia de los combustibles fósiles y allí juegan un papel clave las energías renovables.
El reemplazo de los fósiles por energía nuclear, en tanto, está en debate desde hace décadas, con la Agencia Internacional de Energía (AIE) promoviendo esa idea como compatible con una menor emisión de dióxido de carbono (CO2) a la atmósfera.
Sin embargo, los accidentes de Chernóbil (1986) o Fukushima (2011) abrieron la puerta a las críticas, especialmente de grupos medioambientales, por los potenciales riesgos que el uso esa energía implica para el planeta.
A medida que la guerra entre Rusia y Ucrania fue avanzando y muchos países vieron limitada la llegada de combustible desde Rusia, el uso de la energía nuclear volvió a cobrar relevancia.
En ese sentido, el Parlamento Europeo aprobó en julio de 2022 incluir a la energía nuclear en su taxonomía verde, lo que supone que las inversiones en dicha industria reciben financiamiento por contribuir a reducir los gases de efecto invernadero.
Todo esto llevó a países como Alemania a reabrir plantas que habían sido cerradas.
En este escenario, un grupo de 20 países firmó hoy un compromiso para triplicar su producción energética de origen nuclear de aquí a 2050.
"La realidad de los hechos y la evidencia nos dicen que no se puede llegar al cero neto en 2050 sin algo de energía nuclear", expresó el enviado especial para el clima de Estados Unidos, John Kerry.
"No estamos argumentando que esta vaya a ser absolutamente una alternativa radical a cualquier otra fuente de energía", dijo Kerry.
Del otro lado, el director para América del Norte del grupo ambientalista 350.org advirtió que "no hay tiempo para perder en distracciones peligrosas como la energía nuclear", según recogió la agencia de noticias AFP.
La lista de firmantes de la declaración pronuclear de la COP28 incluye, además de Estados Unidos, Francia y Japón, a países en vías de desarrollo como Mongolia o Marruecos, países en guerra como Ucrania, cuyas centrales están amenazadas por las fuerzas rusas, o grandes productores de combustibles fósiles, como EAU.
Según cálculos del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), 412 reactores nucleares en 31 países facilitan actualmente casi el 10% del total de producción eléctrica mundial.
Comparativamente, la energía nuclear es la más rentable en términos de inversión por gigavatio generado respecto a cualquier fuente renovable, según un informe conjunto de 2020 de esa agencia nuclear de la ONU y de la AIE.
Descalificar esta energía por las fallas de determinados proyectos sería "un error", defendió el director general del OIEA, el argentino Rafael Grossi, en una entrevista con la agencia de noticias AFP en la COP28.
Un trabajo de 2019 del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) sostiene que en "términos generales" la nuclear es un tipo de energía de baja emisión.
Sin embargo, destaca que solo hay 400 plantas y se necesitarían unas 2.000 para la transición energética; pone el ojo sobre los residuos de la minería del uranio, así como sobre los residuos radiactivos (que se entierran siguiendo normas internacionales de seguridad), resalta que requieren el uso de mucha agua y alerta sobre el riesgo de accidentes nucleares.
Por último, destaca el legado de residuos nucleares que esta generación hereda a las generaciones futuras.
Otro anuncio sin fuerza legal, pero simbólico realizado hoy en la COP28, lo hizo el presidente de Colombia, Gustavo Petro, quien informó en Dubai que su país se unía al denominado Tratado de No Proliferación de Combustibles Fósiles, que implica la cancelación de cualquier proyecto que lleve a aumentar la capacidad de producción de combustibles fósiles.
"Se trata de un paso importante y coherente con su compromiso de convertir el país en una 'potencia de la vida'", explicó en un comunicado.
Colombia es el primer país no insular que se une al Tratado, un llamado que surgió en 2019 de un grupo de islas en el Pacífico, Asia y el Caribe.
Colombia es la cuarta potencia petrolera latinoamericana, con cerca de un millón de barriles diarios, y su Gobierno admitió recientemente que piensa seguir exportando esa riqueza.
"Allá en mi propia sociedad se diría: ¿cómo se le ocurre al presidente producir un suicidio económico? Y resulta que esto no es un suicidio económico; estar aquí es tratar de evitar un omnicidio, la muerte integral de todo lo existente", aseguró Petro.
Estados Unidos, por su parte, anunció en Dubai que contribuirá con 3.000 millones de dólares al Fondo Verde para el Clima, su primer compromiso desde 2014.
El Fondo Verde para el Clima recibe financiamiento de países de todo el mundo y luego los distribuye a los países en desarrollo para proyectos de mitigación y adaptación.
La diferencia con el Fondo para Pérdidas y Daños que se anunció al inicio de la COP28 y que todavía no se ha puesto en marcha, es que este desembolsaría los fondos luego de las catástrofes medioambientales.
Con información de Télam