La ministra del Interior de Alemania, Nancy Faeser, presentó hoy en Berlín un plan de acción para combatir con más eficacia el extremismo de derecha, al calor de varias movilizaciones contra el cada vez más popular partido de ultraderecha Alternativa para Alemania (AfD).
La propuesta, según Faeser, incluye la creación de una "unidad de detección precoz" de posibles manipulaciones desde el exterior y campañas de influencia, informó la agencia de noticias alemana DPA.
El plan forma parte de un paquete de 13 medidas que la ministra presentó junto con los directores de Inteligencia Interior y Policía.
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La mayoría de los proyectos enumerados ya se conocen y algunos ya han sido decididos.
En el nuevo documento, el Gobierno alemán afirma que los extremistas de derecha quieren minar la confianza en la estabilidad y la capacidad de actuación del Estado.
Agrega que comparten este objetivo con algunos actores extranjeros que también tienen interés en debilitar la democracia.
"Los Estados autocráticos utilizan cuentas falsas para crear un alcance artificial en Internet, inventan historias con imágenes basadas en inteligencia artificial (IA) y fingen credibilidad con copias de sitios web de periódicos", advierte el documento.
Para el Ejecutivo presidido por el jefe de Gobierno Olaf Scholz, estas campañas coordinadas de influencia se utilizan para manipular la libre formación de opinión y el debate político y debilitar la democracia.
La nueva unidad de detección precoz pretende reconocer con antelación este tipo de campañas.
"Queremos utilizar todos los instrumentos del Estado de Derecho para proteger nuestra democracia", prometió Faeser en un comunicado de prensa en el que dio cuenta también de la intención de "aplastar las redes de extrema derecha, privarlas de sus ingresos y quitarles las armas".
En el documento, el Ministerio del Interior también aboga por modificar la Constitución alemana para proteger mejor al Tribunal Constitucional Federal, el órgano constitucional encargado del control de constitucionalidad de las leyes en Alemania, de la influencia de los enemigos de la democracia.
En varias ciudades alemanas, como Berlín, Homburgo o Eisenach, cientos de miles de personas se congregaron en diversas movilizaciones las últimas semanas para manifestarse en contra del ascenso de los movimientos de ultraderecha, que cada vez consiguen más apoyo, particularmente, en el este del país.
AfD es un partido de ultraderecha muy importante, sobre todo en el este del país, que capta alrededor de un 23% de los votos, y es la segunda fuerza más popular a nivel nacional, después de la Unión Demócrata Cristiana (CDU), con un discurso abiertamente racista, antimigratorio y antieuropeo.
Se trata de un partido relativamente nuevo, que se creó en 2014, pero que tuvo un crecimiento pronunciado a partir de 2015 a raíz de la llegada de cerca de 900.000 refugiados a Alemania en poco tiempo, en su mayoría desde el Medio Oriente.
Detrás de la acción contra el odio y por la tolerancia hay una alianza llamada "Hand in Hand" (Tomados de la mano), que reúne a más de 1.300 organizaciones.
Las protestas se desencadenaron a raíz de las revelaciones del centro de investigación Correctiv sobre una reunión de extremistas de derecha celebrada el 25 de noviembre y también por la caída de la popularidad del Gobierno, por el aumento de los costos de energía, y la inflación, entre otras causas.
Según trascendió, el encuentro se concretó para discutir, en el caso de acceder al gobierno, la deportación de todos aquellos inmigrantes, refugiados, solicitantes de asilo e incluso alemanes con raíces migratorias, es decir, hijos de extranjeros nacidos en Alemania.
Con información de Télam