10 de octubre, 2020 | 19.00

El industricidio macrista: un ancla para la recuperación pospandemia

La desindustrialización que apuntaló Macri generó el cierre de 25.000 PyMEs. Desde el Gobierno recortaron a la mitad el presupuesto para pequeñas empresas.

La desindustrialización que apuntaló Mauricio Macri generó el cierre de 25.000 PyMEs durante su gestión. Además de reprimarizar la economía, en el último año de gestión, Cambiemos desfinanció todos los programas que los pequeños comercios e industrias usaban de salvavidas.

El macrismo le quitó la mitad del presupuesto a la Secretaría de la PyME en 2019. El exministro de Producción Francisco Cabrera le entregó $3.804.01 millones a esta dependencia para 2018. Su sucesor, Dante Sica, mantuvo el monto cuasi inmóvil para el año siguiente, incluso le imprimió una leve disminución: le destinó $3.408,52 millones. La inflación se disparó al 47,6% en 2019, por lo que en términos reales el presupuesto sufrió un recorte oculto de casi el 50% de un período a otro.

La ley de leyes marca las pautas y jerarquías de un gobierno. Al mantener nominalmente o reducir los fondos para los planes vinculados con la actividad fabril, Cambiemos priorizó a las grandes empresas y al resto de los sectores. Las consecuencias de estas decisiones fueron diversas e impactaron en el aumento del desempleo y la presión a la baja el poder adquisitivo de los trabajadores que quedaron ocupados.

Este contenido se hizo gracias al apoyo de la comunidad de El Destape. Sumate. Sigamos haciendo historia.

SUSCRIBITE A EL DESTAPE

Icónico resultó el caso del Programa de Apoyo a la Competitividad (PAC), cuyo nombre resume con claridad su objetivo. En 2018 contaba con fondos por $248,83 millones, pero al año siguiente se lo bajaron a tan solo $136,97 millones. No sólo perdió en términos reales (por suba de precios), sino que además cayó casi 50% nominal. Con el cambio de gestión se elevó el presupuesto de este plan a $405 millones para 2020.

El mismo PAC fue reactivado por la Secretaría PyME, dependiente del Ministerio de Desarrollo Productivo, con una línea de financiamiento en plena pandemia por un monto de $75 millones para proyectos de PyMEs, industrias, emprendedores e instituciones públicas en la generación de insumos, equipamientos y soluciones para mitigar los efectos del COVID-19.

De hecho, con esta línea se financió a la PyME Kovi que produce los barbijos antivirales Atom Protect, un trabajo en conjunto con el CONICET y la Universidad de San Martín. También se financió el desarrollo de los kits de detección rápida de COVID 19, y parte de los desarrollos del del suero equino hiperinmune, y también al laboratorio Mabxience, a cargo de fabricar la vacuna de la Universidad de Oxford. 

Dentro del PAC, también hay otras líneas de financiamiento para la asistencia técnica en tecnologías de gestión Kaizen 4.0, transformación digital, calidad e inocuidad en alimentos, diseño e innovación, eficiencia energética y emprendedores.

 

Crecimiento del 2.100%

Sin un presupuesto nacional aprobado y en plena emergencia económica, el gobierno nacional asignó recursos este año para apuntalar los programas productivos al punto de que le destinó a la Secretaría PYME, a cargo de Guillermo Merediz, $77.245 millones. Los recursos crecieron, en sólo 12 meses, más de 2.100%. Inusitado e impensable en la época macrista. Ese incremento permitió financiar, principalmente, políticas que apuntalaron al sector a través de dos “motores” cuyos presupuestos crecieron exponencialmente: el  Fondo Nacional de Desarrollo Productivo (Fondep), que otorga financiamiento a proyectos productivos, y el  Fondo de Garantía Argentino (FOGAR), que avala garantías de créditos para PyMEs.

“Hay que reconstruir la Secretaría”, repite Merediz a sus cercanos cuando describe el cuadro de situación que encontró en la Secretaría PyME, a la que describe como una oficina que durante el macrismo “estaba armada para no regular, desincentivar la producción nacional y darle mejores beneficios al que generaba menos valor agregado”.

Para 2021, el presupuesto proyecta que esta misma área cuente con casi $102.000 millones a disposición. La suba implica un 32% adicional, el que se espera compense a la inflación estimada por el equipo económico. El incremento va de la mano de una expectativa de reactivación en el sector empresarial. Al principio de la pandemia los teléfonos en la Secretaría Pyme sonaban solo por quejas e insultos por no poder acceder al programa de Asistencia al Trabajo y la Producción (ATP) y ahora llaman para saber qué créditos hay para poder comprar maquinaria para producir.