El Consejo de Seguridad de la ONU se reunirá de emergencia este viernes a las 11,30 (las 13,30 en la Argentina) a pedido de Gran Bretaña, para examinar las consecuencias del incendio -ya controlado- en una central nuclear cuyo origen es atribuido por Ucrania y las potencias de occidente a un ataque ruso en el marco de la invasión ordenada por Moscú al país vecino.
La sesión pública, solicitada además por Estados Unidos, Francia, Noruega, Irlanda y Albania, fue convocada a pedido del primer ministro británico Boris Johnson, precisaron fuentes diplomáticos a la agencia de noticias AFP.
A principios de la mañana no había indicaciones sobre la posibilidad de que en la reunión se pueda adoptar algún texto. Rusia, como miembro permanente del Consejo de Seguridad, posee derecho a veto en todas las decisiones que no sean de procedimiento.
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El presidente estadounidense Joe Biden había exhortado horas antes a Rusia a "cesar las actividades militares en la zona" de la central nuclear.
Situada en el sur de Ucrania, Zaporiyia, es la central nuclear más grande de Europa y fue alcanzada por disparos de la artillería rusa, según los ucranianos.
El Gobierno ruso, en cambio, respondió que fueron los saboteadores nacionalistas ucranianos quienes perpetraron el ataque, que calificó como una "provocación monstruosa".
El incidente mantuvo en vilo al mundo entero durante varias horas hasta que se confirmó que las llamas habían sido extinguidas y se comprobó que no había habido fuga radiactiva alguna.
El viernes pasado las fuerzas armadas rusas tomaron el control de la central nuclear, en el marco de la invasión rusa a Ucrania, que hoy cumple su noveno día.
El 24 de febrero pasado, Rusia lanzó una ofensiva militar en Ucrania bajo la justificación de que el Gobierno de Kiev venía cometiendo crímenes contra los habitantes de dos provincias rusoparlantes en la región del Donbass a las que, previamente, Moscú había reconocido como Estados independientes.
El reclamo del Kremlin incluye la violación por parte de Ucrania de los Acuerdos de Paz de Minsk, de 2014 y 2015, que obligaban a Kiev a darle a esas dos ciudades -Lugansk y Donetsk, que en sendos referendos votaron por separarse de Ucrania- autonomía y posibilidades de elegir sus propias autoridades regionales.
Ucrania, en cambio, afirma que con la operación militar Rusia pretende arrasar con la cultura y la historia ucraniana, y derrocar al presidente Volodomir Zelenski para promover que llegue al poder un dirigente cercano a Moscú.
Con información de Télam