Ucrania reconoció hoy que está en posición defensiva en el frente oriental ante las tropas rusas y el presidente de Rusia, Vladimir Putin, sostuvo que la contraofensiva de Kiev "no ha tenido éxito", mientras el mundo esperaba expectante si se logrará renovar el acuerdo para que se siga comercializando los granos y fertilizantes de ambos países, que en conjunto producen un tercio del trigo mundial, y que vence mañana.
"Durante dos días seguidos, el enemigo ha estado atacando activamente en la zona de Kupiansk, en la región de Jarkov; nos estamos defendiendo", indicó la viceministra de Defensa ucraniana, Ganna Maliar, quien agregó que se estaban librando "batallas feroces" y las posiciones "cambian varias veces al día".
Kiev admitió, sin embargo, que la contraofensiva estaba siendo difícil, y pidió a sus aliados occidentales más armas y artillería de largo alcance.
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No obstante, la funcionaria del gobierno de Volodimir Zelenski dijo en la red social Telegram que las fuerzas ucranianas estaban "avanzando gradualmente en la zona de Bajmut", una ciudad capturada en mayo por Rusia.
Por su lado, Putin afirmó que la contraofensiva de las fuerzas ucranianas, destinada a recuperar los territorios ocupados por Moscú en el este y el sur del país, no está resultando exitosa.
"Todos los intentos del enemigo de romper nuestras defensas fueron infructuosos a lo largo de la ofensiva; el enemigo no ha tenido éxito", declaró Putin en una entrevista con el canal de televisión Rossia-1 emitida hoy.
El mandatario estimó también que la situación era "positiva" para las fuerzas rusas.
"Nuestras tropas están actuando de forma heroica, y de manera inesperada para el adversario están incluso pasando a la ofensiva en ciertos sectores y capturando posiciones más ventajosas", afirmó Putin.
El mandatario también advirtió que si Kiev lanza bombas de racimo sobre los soldados rusos, "nos reservaremos el derecho de utilizarlas como medida recíproca".
El líder del Kremlin prometió así represalias por la llegada a Ucrania de las polémicas bombas de racimo, que a pesar de la prohibición por parte de los ejércitos de más de 120 países están entrando, ahora oficialmente, en el conflicto.
"Si aún no lo ha hecho, Ucrania utilizará bombas de racimo en las próximas horas y días", aseguró Jake Sullivan, consejero de seguridad nacional de Estados Unidos, país que envió las municiones, según la agencia de noticias ANSA.
"Tenemos una reserva suficiente de varios tipos de municiones en racimo; hasta ahora no lo hemos hecho, no las hemos usado y no las hemos necesitado", agregó Putin.
Ucrania lanzó su esperada contraofensiva en junio, tras acumular ingente material armamentístico de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y reforzar sus capacidades de ataque.
El Estado Mayor ucraniano afirmó hoy que había operaciones ofensivas en curso en dirección de Melitopol y Berdiansk, dos ciudades ocupadas por Rusia en el sur de Ucrania.
En tanto, mientras Rusia neutralizó una decena de drones ucranianos lanzados en la península de Crimea, anexada en 2014, cerca de Sebastopol, el ejército de Ucrania asesinó a una civil con un lanzamisiles múltiple Grad en el municipio de Shebekino, en la provincia rusa de Belgorod, según el gobernador Viacheslav Gladkov.
Sebastopol es el puerto base de la flota Rusa del mar Negro. Desde el inicio de la invasión a Ucrania en febrero de 2022, Crimea, anexada por Rusia en 2014, fue blanco de ataques aéreos y navales con drones.
"Desgraciadamente, una persona murió: una mujer que pasaba en bicicleta por una vereda durante el bombardeo. Heridas por esquirlas, incompatibles con la vida", publicó Gladkov en su cuenta de Telegram.
Las provincias rusas limítrofes con Ucrania, como Belgorod, Briansk, Kursk y Voronezh, denuncian regularmente impactos de proyectiles, incursiones de drones y otros ataques desde el otro lado de la frontera.
Por otro lado, el acuerdo sobre la exportación de cereales ucranianos a través del mar Negro expirará en la medianoche de mañana hora de Estambul (las 18 en la Argentina) y aún no había una confirmación de que pueda ser extendido.
Firmado inicialmente en julio de 2022 en Estambul bajo los auspicios de Turquía y la ONU, y prorrogado varias veces desde entonces, el acuerdo permitió en un año exportar cerca de 33 millones de toneladas de cereales, a pesar del conflicto.
El viernes, el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, mediador entre Kiev y Moscú, aseguró que Putin estaba "de acuerdo" en prorrogar de nuevo el acuerdo, fundamental para garantizar el suministro de granos a nivel mundial, pero el Kremlin no confirmó tal declaración.
En una entrevista telefónica ayer con su homólogo sudafricano, Cyril Ramaphosa, Putin dijo que "siguen sin cumplirse" las "obligaciones fijadas en el memorando Rusia-ONU", relativas al levantamiento de obstáculos a las exportaciones de alimentos y fertilizantes rusos.
Esta fue una exigencia formulada de manera reiterada por Moscú como contraparte a la exportación de granos desde puertos ucranianos a través de un corredor seguro en el mar Negro.
Putin dijo que tampoco se cumplió "el principal objetivo del acuerdo, la entrega de cereales a los países necesitados, en particular del continente africano", según un comunicado difundido por la presidencia rusa.
Rusia se queja de que su sector agrícola, uno de los que más produce en el mundo, es afectado por las sanciones de Occidente, que "bloquean las exportaciones".
El Kremlin espera que se cumplan cinco condiciones para extender el acuerdo, incluyendo la reconexión de su banco agrícola, Rosselkhozbank, al sistema de pagos internacional Swift y la reanudación de los suministros de maquinaria agrícola, repuestos y mantenimiento.
Por su parte, la secretaria estadounidense del Tesoro de EEUU, Janet Yellen, aseguró que intensificar los esfuerzos para apoyar a Ucrania frente a la invasión rusa es "la mejor cosa" que se pueda hacer para ayudar a la economía mundial, según la agencia de noticias AFP.
Con información de Télam