Mercenarios se replegaron de Rusia tras el fin de la sublevación y resta definir su futuro

25 de junio, 2023 | 15.42

El grupo paramilitar ruso que se sublevó 24 horas e inició una marcha sobre Moscú desde sus posiciones en Ucrania, se replegó hoy de Rusia tras un abrupto acuerdo con el Kremlin para que su líder se exilie en Bielorrusia, un pacto que disipó el mayor desafío al presidente Vladimir Putin en más de 20 años en el poder.

La revuelta del grupo Wagner y su líder Yevgueni Prigozhin expuso vulnerabilidades entre las fuerzas rusas justo en un punto álgido de la guerra en Ucrania.

En virtud del acuerdo, Prigozhin irá a Bielorrusia, aunque aún hoy no se sabía a ciencia cierta cuándo abandonará Rusia. Tampoco trascendió dónde se encontraba actualmente el jefe de las milicias.

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En la sublevación, Prigozhin desafió frontalmente la autoridad de Putin, de su ministro de Defensa y del jefe de las Fuerzas Armadas, tomó posiciones en la ciudad de Rostov del Don, en el sudoeste de Rusia, y desde allí avanzó con sus hombres a menos de 400 kilómetros de Moscú.

Rusia desplegó tanques y soldados en las márgenes de la ciudad a la espera de posibles enfrentamientos que no se concretaron.

Finalmente, de manera abrupta, el líder de Wagner dio marcha atrás y ordenó el regreso de los combatientes a sus bases, tras una mediación del presidente bielorruso, Alexandr Lukashenko, uno de los pocos aliados de Rusia en Europa.

"Esta mañana Alexandr Lukashenko habló por teléfono con su par ruso, Vladímir Putin", publicó el canal de Telegram Pul Pervogo, cercano al líder bielorruso, citado por la agencia de noticias rusa Sputnik.

Ayer, los dos mandatarios mantuvieron dos conversaciones telefónicas.

Además, esta tarde, Lukashenko tuvo un diálogo por teléfono con el primer presidente de Kazajistán, Nursultán Nazarbáyev, para examinar la situación internacional y regional, pero no informaron si abordaron el tema ruso en concreto.

Los mercenarios se estaban retirando hoy de la región de Voronezh, fronteriza con Ucrania, dijeron autoridades locales, que aseguraron que todo se desarrollaba "sin incidentes".

También abandonaron la región de Lipetsk, al sur de Moscú, agregaron las autoridades, según la agencia AFP.

Sin embargo, en la capital rusa y sus alrededores, el "régimen de operación antiterrorista" instaurado ayer a raíz del motín, seguía hoy en vigor.

Imponentes patrullas de policía permanecían desplegadas a lo largo de la principal carretera que lleva a la salida de Moscú, en el sur de la capital, mostraron canales de televisión.

Las restricciones de circulación en la autopista que une Moscú con Rostov del Don, centro neurálgico de las operaciones rusas en Ucrania, también seguían hoy vigentes, según Avtodor, a cargo de las autovías en Rusia.

En Moscú, mañana será feriado, decretado ayer por el alcalde de la ciudad, Serguei Sobyanin, ante la situación.

Prigozhin dijo anoche que ponía fin a la rebelión para evitar un "baño de sangre".

El líder de Wagner podrá marcharse a Bielorrusia y evitar ser encausado judicialmente en Rusia, al igual que sus combatientes, tenida cuenta de los "méritos en el frente" ucraniano del grupo paramilitar, aseguró el vocero del Kremlin, Dmitri Peskov.

El grupo paramilitar tuvo un papel clave junto al Ejército ruso en la ofensiva en Ucrania, donde protagonizó por ejemplo la batalla más larga desde la invasión que devino en la captura de la ciudad de Bajmut.

Para el consejero presidencial ucraniano Mijailo Podoliak, "Prigozhin humilló a Putin y al Estado, y demostró que ya no existe un monopolio legítimo de la violencia" en Rusia.

En Rostov, anoche, decenas de personas vitorearon a los paramilitares, gritando "¡Wagner, Wagner!", cuando abandonaban la ciudad.

Aunque los términos del acuerdo con Lukashenko siguen sin conocerse, según su oficina, fue él quien consiguió que el jefe de Wagner detuviera su avance a Moscú.

El Kremlin agradeció la iniciativa del mandatario bielorruso.

Putin denunció una "traición" y advirtió del riesgo de una "guerra civil".

Estados Unidos y los aliados occidentales, que apoyan a Ucrania, siguieron de cerca el desarrollo de la crisis.

La diplomacia rusa advirtió ayer a las potencias occidentales contra cualquier intento de "aprovechar" esta rebelión para promover sus propósitos antirrusos, en pleno conflicto en Ucrania.

Moscú también aseguró que este motín no afectaría a su ofensiva.

Sin embargo, para Estados Unidos, esta crisis revela las "verdaderas fisuras" en la autoridad de Putin.

El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, dijo hoy en una entrevista con CBS News que la breve rebelión de las fuerzas mercenarias de Wagner mostraba "un desafío directo a la autoridad de Putin" y "muestra verdaderas fisuras".

"Sospecho que se trata de una imagen en movimiento, y aún no hemos visto el último acto", dijo Blinken a CNN, y agregó que en la medida en que Rusia está "distraída" por los asuntos internos, se crea "una ventaja adicional para que los ucranianos la aprovechen".

Por su parte, China respaldó los esfuerzos de Putin para "estabilizar la situación" en el país, según indicó hoy la diplomacia rusa.

"Como vecino amistoso y socio estratégico, China apoya a Rusia en sus esfuerzos por proteger la estabilidad del país", confirmó más tarde el Ministerio de Relaciones Exteriores de China en su primera reacción al levantamiento, que Beijing había calificado de "asunto interno".

En tanto, el presidente lituano Gitanas Nauseda dijo que la OTAN debe "reforzar" su flanco este si Bielorrusia acoge a Prigozhin.

El dirigente báltico, que tiene fronteras con Rusia y Bielorrusia y recibe la cumbre de la OTAN el mes próximo, habló después de una reunión del consejo de seguridad lituano consagrado a la abortada rebelión de Wagner contra el Kremlin.

En plena ofensiva en Ucrania, Moscú aseguró que el fallido motín no afectaría a sus operaciones y "alcanzaría sus objetivos".

El ministerio ruso de Defensa, liderado Serguei Shoigu, el principal rival de Prigozhin, quien lo acusa desde hace meses de escatimarle municiones al grupo de mercenarios y de engañar a Putin, afirmó que el ejército había repelido numerosos ataques en el este y el sur de Ucrania.

En esas zonas, Kiev dijo ayer que lanzó una nueva ofensiva y que había logrado avances, especialmente en las regiones de Donetsk (este), y también Zaporiyia (sur).

Al menos cinco personas murieron y otras 11 fueron heridas a consecuencia del ataque ruso en la madrugada de ayer en Kiev, según el último balance que dio el alcalde de la ciudad, Vitali Klitschko, citado por la agencia Europa Press.

Diez de esos asaltos fueron rechazados cerca de Bajmut, precisó.

Por su parte, Ucrania, que aprovechó el caos en Rusia para lanzar nuevas incursiones en zonas tomadas por las fuerzas rusas, indicó que un bombardeo el sábado en la capital ucraniana había dejado cinco muertos.

Con información de Télam