Elecciones en Venezuela: otra prueba de la persistencia del chavismo

07 de diciembre, 2020 | 15.16

La realización de los comicios legislativos de este domingo en Venezuela constituyen un logro por el solo hecho de haberse llevado a cabo.

¿Por qué?

Porque fueron muchos los obstáculos que el gobierno debió superar.

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Por un lado, la pandemia del Covid 19 que impactó considerablemente en el desarrollo del comicio.

Por otro lado, el bloqueo económico que no solo dañó  el bolsillo y el ánimo de la población sino que afectó considerablemente el transporte público debido a la escasez en el suministro de combustible.

Otra dificultad a superar fue la recuperación de todo el parque informático (49.000 computadoras) destruido durante un sabotaje en marzo de este año. 

En Venezuela rige el voto electrónico, por lo tanto el insumo básico del sistema electoral resultó destruido por completo en el atentado a los depósitos de Fila de Mariches. 

Y como complemento, el boicot electoral del sector golpista de la oposición que apostó al abstencionismo y denunció fraude desde la mañana del domingo antes que abrieran los comicios.

La superación de todos esos obstáculos significó un reto importante.

El chavismo volvió a demostrar que a pesar de las agresiones y la guerra multiforme desatada sobre el país caribeño sigue siendo la fuerza política más importante de Venezuela.

Arrasó en las elecciones legislativas con el 67% de los votos emitidos y recuperó la mayoría de la Asamblea Nacional que había perdido en 2015.

El Gran Polo Patriótico tendrá 177 escaños de 277. 

El 31% de participación electoral en una elección plagada de asechanzas y con voto voluntario es un guarismo aceptable. 

En las elecciones legislativas de 2005 por ejemplo - donde la oposición llamó a no votar-  la participación electoral fue del 25% sin pandemia de Covid 19 ni bloqueo.

En las elecciones en Portugal al Parlamento Europeo durante 2019 la participación fue del 30%; en las municipales en Francia de este año la abstención superó el 60%; ayer en Rumania la participación fue exactamente la misma que en Venezuela (31%) y en Costa Rica la participación arañó el 22% en 2020.

EE.UU. y la Unión Europea nada dirán sobre las elecciones mencionadas,  pero sí condenaron de antemano los comicios venezolanos.

En el mismo sentido se manifestó una serie de países de América Latina como Colombia, Brasil, Chile y Perú. 

Vale la pena destacar otra arista importante de estos comicios: la participación en la contienda electoral de un sector de la oposición que apostó nuevamente al juego democrático.  

La alianza entre las formaciones tradicionales Acción Democrática y Copei  obtuvo el 18% de los votos y 89 diputados.

Este escenario pone al desnudo el fracaso de los sectores golpistas - financiados por el Departamento de Estado- y abre la posibilidad de establecer una nueva hoja de ruta entre el gobierno y la oposición democrática, condición necesaria para salir de la crisis económica que vive el país.

El 6 de enero Juan Guaidó dejará su banca de diputado y se desvanecerá su desahuciada  "presidencia interina"

La consolidación del chavismo es una buena noticia para la urgente recomposición de un bloque regional donde Argentina, México  Bolivia y Venezuela podamos empezar a recomponer la UNASUR.

La integración regional es condición indispensable para insertarnos en mejores condiciones en un mundo multipolar y complejo.