Una vacuna eficaz contra el coronavirus no frenará la propagación del virus por sí sola y es probable que las restricciones en la vida diaria continúen durante algún tiempo, advirtió hoy un equipo de expertos británicos en un informe. Plantean "serios desafíos para producir una vacuna, incluidos obstáculos en la fabricación y el almacenamiento".
Cientos de equipos de investigadores de todo el mundo están trabajando para producir una vacuna contra la COVID-19. Actualmente hay 11 ensayos en fase tres, que implica la prueba de la vacuna en humanos, entre ellos el que desarrolla la Universidad de Oxford junto al laboratorio AstraZeneca.
Los expertos que integran un grupo multidisciplinario convocado por la Royal Society llamado Delve (Evaluación de datos y aprendizaje para epidemias virales), indicaron, en un informe, que se hicieron grandes progresos a través de la colaboración internacional con 200 vacunas en desarrollo y varias en pruebas que parecen prometedoras, pero advirtieron que existen serios desafíos para producir una vacuna, incluidos obstáculos en la fabricación y el almacenamiento.
El informe mencionó dificultades, entre ellas que las vacunas iniciales podrían ser parcialmente eficaces o solo serlo para algunos grupos, o que podrían proporcionar una inmunidad de corta duración y tener muchos problemas por resolver en torno a la rápida ampliación de la fabricación, la distribución y la aceptabilidad. "Las vacunas tienen el gran potencial de acabar con la pandemia de coronavirus, pero puede pasar algún tiempo antes de que puedan marcar una diferencia importante. Quedan muchos problemas por resolver, a pesar de los progresos realizados en relación con las vacunas", aseguraron los científicos.
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Fiona Culley, del Instituto Nacional del Corazón y los Pulmones del Imperial College de Londres y una de las principales autoras del informe, dijo que las vacunas son consideradas como la mejor oportunidad de regreso a un cierto sentido de normalidad, pero mencionó la necesidad de ser realistas. "El camino hacia el éxito de las vacunas está lleno de problemas potenciales en la búsqueda de soluciones que funcionen eficazmente en las formas que necesitamos y en la capacidad de desplegarlas. Planificar ahora los diferentes escenarios que podrían presentarse nos dará la mejor oportunidad de aprovechar rápidamente cualquier vacuna que haya demostrado ser segura y eficaz", subrayó.
Según el estudio, la eficacia de las vacunas puede variar según las diferentes poblaciones, como los adultos mayores, pueden tener poca inmunidad en el tiempo, lo que significa que podrían necesitarse múltiples dosis o refuerzos.
Los científicos plantearon las dificultades logísticas de la fabricación y la ejecución de un programa mundial de inmunización y advirtieron que algunas de las candidatas más prometedoras (como las vacunas de ARN) están utilizando tecnologías que no se habían fabricado antes a escala.
En ese sentido, los investigadores recomendaron establecer y mantener la confianza de la gente en un programa de vacunas y sugirieron dirigirse a los grupos de alto riesgo, como las personas de edad y quienes tienen patologías previas, los trabajadores de la salud y otros grupos prioritarios. "El objetivo aquí es reducir la transmisión hasta que se produzca la inmunidad del rebaño y el virus sea eliminado en gran medida, aunque todavía podrían producirse brotes. Esto requeriría una vacuna que fuera efectiva y aceptable en la mayoría de las personas y que idealmente diera una inmunidad de larga duración, pero requeriría un gran número de dosis", concluyeron.