Desde el ministerio de Salud aleman aseguran que la escasez de vacunas que experimenta el país y la Unión Europea podría durar al menos hasta el mes de abril. Por ese motivo, Jens Spahn, responsable de esa cartera, propuso la reunión de los 16 jefes de estados federativos en Alemania a una reunión para replantear la estrategia de distribución, junto a compañías farmacéuticas.
La denominada "cumbre de vacunación”, tendrá como fin discutir “la situación, los objetivos y los próximos pasos para que Europa reciba la parte que le corresponde”. Alemania, como otro países, se enfrentan a problemas de suministro de Pfizer, que se le agrega el anunciado recorte de las cantidad de dosis de AstraZeneca. “Vamos a pasar al menos 10 semanas muy duras por la escasez de vacunas”, expresó el funcionario germano en su cuenta oficial de Twitter.
“No se pueden desarrollar en cuatro semanas, si se consigue en unos pocos meses será muy rápido”, agregó. Esta situación le ha valido importantes críticas a la canciller Angela Merkel por parte de sectores opositores, que creen que se debería haber negociado individualmente con las empresas fabricadoras y en especial con BioNTech, la compañía socia de Pfizer que, para colmo, es alemana.
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La Unión Europea había adquirido por adelantado a los distintos fabricantes cientos de millones de dosis para repartirse en igualdad entre los países que integran la Unión. "Bruselas mantiene un pulso con las farmacéuticas, especialmente con la anglosueca AstraZeneca, por el retraso en la llegada de las dosis comprometidas, que anunció de forma repentina el pasado viernes", destaca el diario español El País.
Se analiza un plan B
Mezcla de inoculantes diferentes, reducción de las dosis recomendadas y aumento del plazo entre cada inyección son algunas de las nuevas estrategias de vacunación contra el coronavirus que analizan o ya comenzaron a adaptar varios países ante la escasez inicial de vacunas registrada a nivel mundial y a la espera de la autorización de inmunizantes de otros laboratorios en sus territorios.
El país a la vanguardia de estas iniciativas es el Reino Unido, uno de los más afectados por la Covid-19 en Europa con más de 75.500 muertes, donde el reciente descubrimiento de una nueva cepa del virus más contagiosa ha disparado el número de infecciones y hace temer un colapso sanitario.
Ante esta situación desesperante, el Gobierno británico cambió sus pautas de vacunación el pasado 30 de diciembre para que la segunda dosis de los inmunizantes de Pfizer/BioNTech y Oxford/Astrazeneca sea administrada hasta 12 semanas después de la primera, en lugar de los 21 días prescritos.
La segunda dosis serviría para aumentar el tiempo de protección frente al virus, por lo que, a la hora de proteger a los grupos prioritarios, es preferible vacunar al doble de personas en los próximos meses que "a la mitad, pero solo con una ligera mayor protección", indicaron autoridades médicas en una carta remitida al personal sanitario de Reino Unido, en la que consideraron que 12 semanas "es un intervalo razonable para conseguir una protección a largo plazo".