"La situación es crítica, tenemos posibilidades de resistir hasta mediados de junio", aseguró el director de Obras Sanitarias del Estado (OSE), Raúl Montero, sobre la crisis hídrica que vive Uruguay y que afecta al área metropolitana del país, con impacto en más de dos millones de personas. Según informaron las autoridades, tras las precipitaciones de la última semana, la reserva de agua de Paso Severino recuperó 28 centímetros de los diez metros que perdió, por lo que el abastecimiento continúa en riesgo. De hecho, las estimaciones de la empresa apuntan que, en caso de no llover en los próximos días, el agua alcanzará aproximadamente hasta el 21 de junio. Por su parte, el presidente, Luis Lacalle Pou, se pronunció sobre el tema y consideró que en el país deberían tener "una política nacional e integral con respecto al riego; al agua, y consiguientemente al riego".
Según informó el portal Caras y Caretas, el agua recuperada por las lluvias alcanzarían para entre dos y cuatro días de abastecimiento, ya que depende de cómo se mezcle con el agua salada. Ese mecanismo fue adoptado por el Gobierno a principios de mayo, que se ocupa de trasvasar -mezclar- el agua en las reservas -entre ellas, la de Paso Severino- con agua proveniente de río abajo -que llega desde el mar- con niveles de cloruro y de sodio más altos que los recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Debido a esta situación, que afecta a más de la mitad de la población del país que vive en los departamentos de Montevideo Canelones y San José, se presentaron propuestas como la eliminación de impuestos para el agua mineral y las sodas embotelladas hasta que el agua suministrada por OSE en el área metropolitana sea considerada potable por el Ministerio de Salud Pública. Además, desde las organizaciones sociales, sindicales, académicas y políticas -como desde el opositor Frente Amplio- solicitaron medidas de exoneración de tarifas para los sectores vulnerables y un plan claro y concreto para escuelas, hospitales y cárceles, junto con la intervención en el mercado del agua embotellada. Hasta el momento, el Gobierno no ha respondido a ninguno de estos planteamientos.
El ministro de Ambiente, Robert Bouvier, reconoció que a pesar de que las lluvias ocurridas en los últimos días "han dado un respiro" a la sequía que sufre el país desde hace tres años, "no por eso deja de ser crítica la situación". En declaraciones a la prensa, Bouvier sostuvo que la situación sigue siendo complicada, informó La Prensa, e indicó que se siguen analizando distintas alternativas que OSE está proponiendo para garantizar el suministro del agua potable. Entre ellas las perforaciones que se realizan en distintos puntos de Montevideo.
Lacalle Pou: “En las crisis nos acordamos de lo que nos hace falta”
El presidente, Luis Lacalle Pou, que se mantuvo al margen de las cámaras al momento de abordar esta problemática, estuvo en la inauguración de una planta de raciones en la Unión Rural de Flores el viernes pasado y consideró que si el país logra establecer una política de riego eso "ayudará a que una nueva racha de déficit hídrico no golpee tanto al sector productivo". Al momento, ese es sólo uno de los sectores golpeados por la falta de agua potable.
“Si logramos establecer una política de riego a mediano y largo plazo con estímulos e incentivos para que el productor pueda decir ‘yo invierto esto’, que por lo general es muy costoso por hectárea, pero lo paga a largo plazos y ve los rindes. Ya no solo nos va a ayudar en un momento de crisis de sequía”, afirmó. Según la última estimación del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) el déficit hídrico provocó pérdidas en el sector productivo por 1.800 millones de dólares. En mayo el Instituto Uruguayo de Meteorología (Inumet) anunció que la sequía que afronta Uruguay desde hace tres años "no tiene precedentes" y es la peor desde principios del siglo XX, cuando se inició tal registro en el país sudamericano.
El mandatario, además, marcó que la empresa estatal OSE realiza "obras de emergencia para embalsar el agua dulce" e insistió en que "el agua está garantizada, lo que hay que medir es la calidad".
La situación en la refinería nacional
La crisis del hídrica golpea a distintos sectores, entre ellos, a la producción de combustible, lo que llevó a que la refinadora nacional Administración Nacional de Combustibles, Alcohol y Portland (ANCAP) procesara 180.000 litros por hora para poder utilizar el agua que les llega a través de la red, cuya salinidad se vio modificada por disposición del Gobierno. Por ello, ahora ANCAP utiliza un sistema que cuenta con Unidades Potabilizadoras de Agua y dos plantas de ósmosis inversa, para sacar el excedente de salinidad y poder utilizarla en la refinería, informó Caras y Caretas.
Con información Noticias Argentinas