El Gobierno sudafricano anunció hoy que estaba dispuesto a que el país sea sede de negociaciones de paz para resolver el conflicto entre Rusia y Ucrania, tras proponer en mayo pasado una mediación con seis dirigentes africanos, Kiev y Moscú.
La propuesta sudafricana, por otro lado, se produce en medio de la polémica por la orden de arresto internacional que pesa sobre Vladimir Putin en vistas de la reunión de los BRICS en agosto en Johannesburgo.
"Debemos estar abiertos a la posibilidad de que Sudáfrica acoja la cumbre para la paz aquí", declaró el ministro de la presidencia, Khumbudzo Ntshavheni, durante una conferencia de prensa en Pretoria, según replicó la agencia de noticias AFP.
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La oficina del presidente sudafricano, Cyril Ramaphosa, precisó hoy en un comunicado que este último había hablado por teléfono con su par ruso, Vladimir Putin, y que el mandatario ruso "agradeció la iniciativa de los jefes de Estado africanos".
El 16 de mayo, Ramaphosa adelantó que, en nombre de los países africanos, había hablado con Putin y Zelenski, y ambos aceptaron recibir la misión de paz.
Las declaraciones del Gobierno sudafricano se producen luego de que ayer se anticipara que los líderes de seis Estados de África se reunirán con el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, el próximo 16 de junio en Kiev, y el día siguiente con Putin en San Petersburgo.
Los jefes de Estado que viajarán a Ucrania y a Rusia serán Ramaphosa; de Senegal, Macky Sall; de Uganda, Yoweri Museveni; de Zambia, Hakainde Hichilema; de la República del Congo, Denis Sassou Nguesso; y el presidente de la Unión Africana y también líder de la Unión de las Comoras, Azali Assoumani.
El 24 de febrero Rusia lanzó una ofensiva militar en Ucrania bajo la justificación de que el Gobierno de Kiev cometía crímenes contra los habitantes de dos provincias rusoparlantes en la región del Donbass a las que, previamente, Moscú había reconocido como Estados independientes.
El reclamo del Kremlin incluye la violación por parte de Ucrania de los Acuerdos de Paz de Minsk, de 2014 y 2015, que obligaban a Kiev a darle a esas regiones -Lugansk y Donetsk, que en sendos referendos votaron por separarse de Ucrania- autonomía y posibilidades de elegir sus propias autoridades.
Ucrania, en cambio, afirma que con la operación militar Rusia pretende arrasar con la cultura y la historia ucraniana y derrocar a Zelenski para promover que un dirigente cercano a Moscú llegue al poder, y condicionó el cese de las hostilidades a la recuperación de todos los territorios, incluida Crimea, que se unió a Rusia en 2014.
El 28 de febrero de 2022, Moscú y Kiev entablaron negociaciones para lograr un acuerdo que pusiera fin a las hostilidades, pero la última ronda de estas consultas se celebró el 29 de marzo de ese año en la ciudad turca de Estambul, a puerta cerrada, y desde entonces no se retomaron.
En paralelo, Sudáfrica es parte de los BRICS, bloque que integra junto a Brasil, Rusia, India, China, que representa un tercio de la economía mundial, casi la mitad de la población, contribuyó en un 50% al crecimiento del producto bruto del mundo y cuenta con una de las mayores reservas de biodiversidad del planeta.
Los BRICS se reunirán del 22 al 24 de agosto en la ciudad sudafricana de Johannesburgo, en medio de una polémica por la eventual asistencia de Putin, sobre quien pesa una orden de arresto internacional.
La invitación a la cumbre había sido enviada antes de que la Corte Penal Internacional dictara el 17 de marzo pasado la orden contra el mandatario ruso, por lo que esta decisión puso en una encrucijada a las autoridades sudafricanas, que barajaron medidas legales que las amparen legalmente para evitar implementar el mandato internacional de la corte.
Esta semana, la cancillería de Sudáfrica emitió una orden para garantizar la inmunidad diplomática de los asistentes de la cumbre, lo que puede abrir el camino para la asistencia de Putin.
Con información de Télam