Rusia anunció hoy de manera sorpresiva una reducción "radical" de sus operaciones militares en Ucrania en torno a Kiev y a otra ciudad norteña, luego de reportar avances en negociaciones mantenidas por ambos países en Turquía, las primeras en persona en dos semanas, para poner fin a la guerra.
El Gobierno ruso dijo que hubo progresos en torno a la declaración de Ucrania como un Estado neutral y que Kiev había renunciado a la vía militar para recuperar Crimea, la península anexionada por Rusia, y el Donbass, la región separatista del este de Ucrania que Moscú dijo que quería defender con su invasión.
El viceministro de Defensa ruso, Alexander Fomin, dijo que la decisión "de reducir de manera radical la intensidad de la operación militar en torno a Kiev y Chernigov" buscaba "incrementar la confianza" en las conversaciones con Ucrania tras más de un mes de hostilidades.
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En declaraciones a la prensa al término de la primera jornada de diálogo en la ciudad turca de Estambul, el viceministro Fomin agregó que la decisión se tomó porque "las negociaciones sobre un acuerdo de neutralidad y el estatuto no nuclear de Ucrania entran en una dimensión práctica".
El jefe de la delegación rusa, Vladimir Medinksi, dijo que las conversaciones fueron "constructivas" y que Ucrania había renunciado a sus aspiraciones de retomar Crimea, que Rusia se anexionó en 2014, y el Donbass, por la vía armada y declarado que "esto solo es posible mediante negociaciones".
No hubo comentarios inmediatos del Gobierno ucraniano sobre estas afirmaciones rusas respecto a Crimea y el Donbass. El Ejército ucraniano sí dijo haber notado repliegues militares rusos en los alrededores de Kiev y Chernogiv, unos 150 kilómetros al noreste de la capital.
En Estambul, el negociador ucraniano David Arajamia dijo que su delegación insistió con que Ucrania quiere un acuerdo de "garantías de seguridad" futuras del que sean partícipes varios países.
Medinski dijo que las garantías de seguridad que pide Ucrania no se aplican a Crimea ni a la parte del Donbass donde separatistas han proclamado "repúblicas populares" cuya independencia fue reconocida por Rusia días antes invadir Ucrania, el 24 de febrero, informó la agencia de noticias rusa Sputnik.
Antes de las conversaciones en Turquía, el fin de semana, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, se manifestó dispuesto a aceptar o considerar algunos de los reclamos centrales de Rusia, lo que generó expectativas de cara a la nueva ronda de diálogo y alzas en los mercados.
Luego de las declaraciones de los negociadores rusos, las bolsas europeas ganaron aún más terreno en una jornada que ya había empezado al alza, el precio internacional del petróleo cayó un 5% y el rublo, la moneda rusa, se valorizó un 10%.
En una entrevista con medios rusos, Zelenski señaló hace dos días que Ucrania estaba preparada para declararse Estado neutral y a considerar algún tipo de compromiso respecto al Donbass, que es de mayoría rusoparlante y donde el Ejército ucraniano combate a separatistas desde hace ocho años.
De todo modos, anoche advirtió que la "guerra despiadada" continuaba y que Ucrania tenía que seguir peleando.
De hecho, justo cuando los negociadores se reunían en Turquía, un ataque ruso alcanzó la sede del Gobierno de una provincia del sur de Ucrania en la ciudad portuaria de Mikolaiv, sobre el mar Negro, cerca de Odesa, el principal puerto del país.
Zelenski dijo que siete personas murieron y 22 resultaron heridas en el bombardeo en Mikolaiv, capital de la provincia del mismo nombre.
El gobernador provincial, Vitaliy Kim, publicó una foto del edificio de nueve pisos con un enorme agujero en el centro de la fachada.
En comentarios en su canal de Telegram, el gobernador acusó a las fuerzas rusas de haber esperado que la gente llegara a trabajar al edifico para atacarlo, y dijo que él se salvó porque se quedó dormido.
Más temprano, en Rusia, el Ministerio de Defensa dijo en su parte matutino que la aviación volvió a usar ayer misiles crucero aire-tierra en el segundo ataque en dos días contra un depósito de combustible del Ejército ucraniano en la occidental provincia de Rivne, donde no ha habido aún combates terrestres.
En Estambul, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, inauguró las conversaciones con una exhortación a las partes, a las que dijo que tenían una "responsabilidad histórica" de "poner fin a la tragedia" causada por las hostilidades en Ucrania.
"Creemos que no habrá perdedores con una paz justa. Prolongar el conflicto no está en el interés de nadie", dijo Erdogan parado detrás de un atrio, mientras los delegados rusos y ucranianos lo miraban sentados a uno y otro lado de una larga mesa.
Rusia exige desde hace tiempo que Ucrania renuncie a ingresar a la OTAN, la alianza militar liderada por Estados Unidos que también integra Turquía, algo que Moscú considera una amenaza y que Washington impulsa.
El presidente ruso, Vladimir Putin, ha dicho que el otro gran objetivo de la ofensiva en Ucrania es proteger del Ejército ucraniano a los habitantes de las dos provincias separatistas del Donbass, Lugansk y Donetsk, donde más de 14.000 personas han muerto en ocho años de combates.
Ayer, fuerzas ucranianas retomaron Irpin, una localidad de la periferia noroeste de Kiev, dijo anoche Zelenski, aunque advirtió que el Ejército ruso se estaba volviendo a agrupar para reconquistar la zona.
"Todavía tenemos que pelear, que sufrir. Esta es una guerra despiadada contra nuestra nación, nuestra gente, nuestros niños", señaló.
También volvió a lanzar fuertes reproches contra países de Occidente, a los que ha acusado en repetidas ocasiones de no haber hecho lo suficiente para ayudar a Ucrania, ya sea con sanciones más fuertes contra Rusia o enviando a Ucrania aviones y tanques además de armas ligeras.
Con información de Télam