Jefe de agencia nuclear de la ONU se reunió con Zelenski en Ucrania previo a su visita a Zaporiyia

13 de junio, 2023 | 15.09

El jefe de los inspectores nucleares de la ONU, el argentino Rafael Grossi, se reunió hoy con el presidente ucraniano Volodomir Zelenski en Kiev y prevé inspeccionar mañana la central nuclear de Zaporiyia, controlada por Rusia, para verificar si se ha visto en peligro a causa de la reciente destrucción de la represa de Kajovka, sobre el río Dniéper, que alteró las reservas de agua que enfrían sus reactores.

La destrucción de esa represa no tuvo ningún efecto en la refrigeración de la central, según las autoridades rusas y ucranianas.

El director del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) dijo que no hay "peligro inmediato", pero el nivel de agua de la piscina de refrigeración es motivo de preocupación.

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"Quiero hacer mi propia valoración, ir allí, hablar con la dirección sobre las medidas que han tomado y luego establecer una evaluación más definitiva del peligro", explicó Grossi a la prensa.

La destrucción de la represa, de la que se acusaron mutuamente Moscú y Kiev, causó graves inundaciones en el sur de Ucrania, y causó 17 muertos en la zona ocupada por Rusa y diez en la zona bajo control ucraniano.

"Conversación oportuna con el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, en la víspera de mi visita a la planta de energía nuclear Zaporiyia donde evaluaré la situación después de la catastrófica inundación de la represa Nova Kajovka", dijo hoy Grossi en su cuenta de Twitter donde compartió imágenes de la reunión.

El representante de la agencia nuclear de la ONU dijo también que le presentó al mandatario "un programa de asistencia a Ucrania basado en técnicas nucleares en las áreas de salud humana, seguridad de alimentos y agua potable, salud animal, gestión de suelos y aguas, y en la evaluación de la salud de infraestructuras críticas después de la inundación".

La central atómica de la sureña provincia de Zaporiyia, la más grande de Europa, sufrió muchos bombardeos desde que el Ejército ruso tomó su control en los primeros días de la invasión de Ucrania, y Grossi ya advirtió múltiples veces sobre el riesgo de que un ataque provoque una fuga radiactiva catastrófica.

La situación en la planta se agravó luego de que un ataque que la semana pasada destruyó la represa de Kajovka, de la vecina provincia de Jerson, provocó una importante reducción del nivel de las reservas de agua de su embalse, que sirven para enfriar los seis reactores de la central.

Aunque los reactores están inactivos desde hace meses, se tienen que enfriar constantemente el combustible en el centro de las unidades, así como el que está en las piscinas de almacenamiento para evitar un posible accidente de fusión y emisiones radioactivas en el medioambiente.

La semana pasada, Grossi dijo que la destrucción de la represa de la ciudad de Nova Kajovka, que estaba bajo control de Rusia, junto a su embalse y su central hidroeléctrica, deterioraba "un poco más una situación ya difícil e imprevisible".

La visita a la central nuclear de Zaporiyia será la tercera de Grossi desde el inicio de la invasión rusa de Ucrania, luego de otra a fines de marzo y una primera en septiembre de 2022.

El OIEA dijo ayer en un comunicado que el nivel del agua de la presa se encontraba actualmente en 11,27 metros, si bien hay informes que indican que hay una posible diferencia de cerca de dos metros en los datos, informó la agencia de noticias AFP.

El nivel del agua tras la destrucción de la presa Kajovka estuvo disminuyendo paulatinamente, pero Grossi indicó que durante el fin de semana el depósito de la central nuclear se mantuvo estable, por lo que continúa el bombeo de agua para el enfriamiento de las instalaciones.

Rusia y Ucrania se acusaron mutuamente del ataque a la represa, que regula el flujo del río Dniéper, el más largo de Ucrania, y cuya destrucción dejó completamente inundados numerosas localidades de la provincia de Jerson, cuyo control se reparten Kiev y Moscú.

Las autoridades de ambos países están evacuando a los habitantes de las zonas afectadas que controlan, Rusia en la ribera occidental y Ucrania en la oriental del Dniéper.

La destrucción de la presa, además de poner en peligro el bombeo de agua a la central nuclear de Zaporiyia, también amenaza el abastecimiento de agua a la península de Crimea, bajo control ruso, y la destrucción de poblaciones y tierras de cultivo a ambas orillas del río.

La central nuclear también puede utilizar las aguas de un gran depósito de almacenamiento y otras reservas suficientes "para varios meses", según el OIEA.

Con información de Télam