AI pidió abrir una investigación por "crimen de guerra" contra el uso de bombas de racimo en Ucrania

28 de febrero, 2022 | 10.56

Amnistía Internacional denunció este lunes el uso de bombas de racimo en Ucrania, que provocaron el viernes pasado la muerte de civiles, incluido un niño, y pidió que se abriera una investigación por "crimen de guerra".

Según la ONG internacional, una escuela de Okhtyrka, en el nordeste de Ucrania, sufrió el viernes 25 de febrero el impacto de estas bombas, prohibidas en 2010 por una convención internacional, que no fue firmada por Rusia ni Ucrania.

Tres personas, entre ellas un niño, murieron a causa de la explosión, denunció Amnistía en un comunicado, publicado ayer domingo.

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"El ataque parece haber sido efectuado por el ejército ruso, que operaba cerca", indicó la organización internacional en su página web.

"Amnistía Internacional ha confirmado que un cohete Uragan de 220 mm dejó caer municiones de racimo sobre el centro preescolar y jardín de infantes Sonechko, la localidad de Ojtirka, en la Oblast de Sumy, donde residentes locales buscaban refugio. El ataque puede constituir un crimen de guerra", indicó la ONG en un comunicado.

Esta ONG basa su denuncia en imágenes de video tomadas por drones y que muestran el impacto de bombas de racimo en al menos siete lugares.

También cuenta con 65 fotografías y un video suplementario, según una fuente local.

La ONG Human Rights Watch y el portal de investigación Bellingcat también aseguraron disponer de pruebas del uso de bombas de racimo en zonas civiles en Ucrania.

"Nada justifica utilizar bombas de racimo en zonas habitadas y aún menos cerca de una escuela", declaró Agnes Callamard, secretaria general de Amnistía Internacional.

“Este ataque tiene todas las características del uso que Rusia hace de estas armas de efectos inherentemente indiscriminados y prohibidas internacionalmente, y muestra un flagrante desprecio por la vida de la población civil”, agregó Callamard.

Las bombas de racimo contienen varias decenas de pequeñas bombas que se dispersan en un amplio perímetro y algunas de ellas no explotan en el momento del lanzamiento, lo que puede comportar que se conviertan en minas antipersona.

La Convención sobre Municiones en Racimo, de 2008 -un tratado respaldado por 110 Estados, pero al que Ucrania y Rusia no se unieron-, determinó que el uso, despliegue, producción, adquisición, almacenamiento y transferencia de municiones de racimo está prohibido en todas las circunstancias.

El derecho internacional humanitario prohíbe el uso de armas de efectos inherentemente indiscriminados tales como las municiones de racimo.

"El lanzamiento de ataques indiscriminados que maten o hieran a civiles constituye un crimen de guerra", apuntó AI.

Con información de Télam