El Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), que libra una guerra insurgente contra el Estado turco para independizar zonas de mayoría kurda, anunció el fin del cese el fuego unilateral que decretó después de terremoto que este año devastó parte de Turquía.
El anuncio, efectuado por la organización política creada para aplicar la ideología del líder del PKK, amenaza con una reanudación de la violencia que ha dejado decenas de miles de víctimas desde el inicio del conflicto, a mediados de la década de 1980.
La Unión de Comunidades del Kurdistán (KCK) dijo en un comunicado que el alto el fuego fue declarado "por responsabilidad moral y humana" tras los terremotos del 6 de febrero en las zonas de mayoría kurda del sudeste de Turquía.
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El movimiento separatista kurdo, que engloba al PKK y otras organizaciones, acusó al Gobierno del presidente turco Recep Tayyip Erdogan de haber continuado sus ataques durante la tregua.
"La necesidad de una lucha activa se ha vuelto inevitable", dijo la KCK, informó la agencia de noticias Europa Press.
Asimismo, volvió a denunciar el tratamiento de las autoridades turcas al fundador y líder del PKK, Abdullah Ocalan, encarcelado en Turquía, y lamentado que "estas acciones del Gobierno turco han provocado que la decisión del alto el fuego no tenga sentido".
El PKK anunció la suspensión de sus "operaciones" en Turquía el 10 de febrero, cuatro días después del terremoto, que dejó más de 50.000 muertos en el sudeste del país.
El grupo armado busca crear un Estado independiente kurdo en las zonas del sudeste turco de mayoría kurda.
El PKK mantuvo el cese el fuego durante la campaña electoral para las elecciones presidenciales y legislativas de mayo.
Erdogan, que fue reelecto por otros cinco años el mes pasado, ha intensificado sus operaciones contra el grupo.
Con información de Télam
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