Estados Unidos y Rusia pidieron hoy moderación a Turquía luego de que su presidente, Recep Tayyip Erdogan, amenazara con lanzar una operación terrestre en el norte de Siria contra posiciones de grupos kurdos a los que acusa de un reciente atentado en Estambul y contra los que realiza una ofensiva aérea desde hace dos días.
Erdogan amenaza desde mayo con otra ofensiva en Siria e Irak, pero la posibilidad creció luego de que Turquía responsabilizara al grupo kurdo sirio Unidades de Protección Popular (YPG) de un ataque con bomba que dejó seis muertos y unos 80 heridos en Estambul el 13 de noviembre pasado.
En represalia por el atentado, Turquía lanzó hace dos días una ola de ataques aéreos contra posiciones de las YPG en el norte de Siria e Irak como parte de una llamada "Operación Garra Espada", y Erdogan dijo hoy que el Ejército turco realizará "pronto" una ofensiva terrestre en esas zonas de los dos países vecinos.
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"Sobrevolamos a los terroristas durante unos días con nuestra fuerza aérea y nuestros drones. Si Dios quiere, los eliminaremos pronto con nuestros soldados, armas y tanques", dijo Erdogan en un discurso en el noreste de Turquía.
Las YPG lideran en Siria una coalición de grupos armados kurdos y de otras etnias, llamada Fuerzas Democráticas de Siria (FSD), apoyada por Estados Unidos y formada para combatir al grupo yihadista Estado Islámico (EI) cuando éste conquistó extensas zonas del norte y este de Siria y del oeste de Irak, en 2014.
Turquía dice que las YPG tienen vínculos con la agrupación separatista turca Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), que desde hace décadas libra un conflicto con el Estado turco que ha dejado decenas de miles de muertos.
Hoy, un ataque con drones turcos alcanzó una base conjunta en Siria de las FSD y la coalición internacional antiyihadista liderada por Estados Unidos, informaron las propias FSD.
Dos combatientes kurdos murieron en el ataque a la base, situada 25 kilómetros al norte de la ciudad siria de Hasaka, dijo un portavoz kurdo a la agencia de noticias AFP.
En la noche del domingo, varios cohetes lanzados desde Siria acabaron con la vida de un niño y una joven profesora en la localidad fronteriza turca de Karkamis.
"Haremos que paguen quienes nos molesten en nuestro territorio, advirtió hoy Erdogan.
Las declaraciones del presidente turco preocupan en Estados Unidos y Rusia, que pidieron moderación.
Ambos países están implicados en la guerra en Siria, que se cobró casi medio millón de vidas desde 2011.
Estados Unidos combate al EI junto a las FSD. Rusia también pelea contra el EI y contra otros grupos rebeldes independentistas que buscan derrocar al Gobierno del presidente sirio, Bashar al Assad.
"Hacemos un llamado a la desescalada en Siria para proteger a los civiles y apoyar el objetivo común de derrotar al Estado Islámico", dijo hoy el vocero del Departamento de Estado norteamericano, Ned Price.
"Seguimos oponiéndonos a cualquier acción militar no coordinada en Irak que viole la soberanía" del país, agregó en un comunicado.
Rusia, por su parte, dijo que "espera" que Turquía muestre "moderación" y se abstenga de "cualquier uso excesivo de la fuerza" en Siria.
"Comprendemos las preocupaciones de Turquía sobre su propia seguridad (...) Pero al mismo tiempo, pedimos a todas las partes que se abstengan de toda iniciativa que pueda conducir a una grave desestabilización de la situación", declaró el vocero del Kremlin, Dmitri Peskov.
Entre 2016 y 2019, Turquía llevó a cabo tres grandes operaciones en el norte de Siria contra las milicias y organizaciones kurdas.
El Gobierno turco asegura que quiere crear una "zona de seguridad" de 30 kilómetros de ancho a lo largo de su frontera sur, por la cual limita con Siria.
Con información de Télam