The Washington Post destacó a la Argentina por el Impuesto a las grandes fortunas

"El crecimiento de la desigualdad está aumentando los pedidos de un impuesto Robin Hood", enfatizó el periódico norteamericano.

23 de febrero, 2021 | 15.45

El diario Washintong Post, propiedad del magnate de la tecnología Jeff Bazos, publicó una artículo en el que analiza la medida del gobierno argentino del Impuesto a las grandes fortunas y enfatizó que es un caso paradigmático, junto a Bolivia, de una política que se analiza en muchos países.

Según detalla la nota, "los primeros datos sugieren que las recesiones impulsadas por una pandemia parecen estar empeorando la desigualdad". Y agrega "Las tasas de pobreza han aumentado, especialmente entre las trabajadores más jóvenes, menos calificados y las mujeres, mientras que los ricos disfrutan de los crecientes mercados de valores y el aumento de los valores de las propiedades".

"Solo tomó nueve meses para que las fortunas de las 1.000 personas más ricas del mundo volvieran a los niveles anteriores a la pandemia, según el grupo de lucha contra la pobreza Oxfam International".

"Ese resultado desequilibrado está aumentando los pedidos de un impuesto Robin Hood. El gobierno ha logrado evitar un aumento más amplio de la pobreza durante la pandemia adoptando programas sociales y ofreciendo donaciones en efectivo. Los funcionarios dicen que el impuesto sobre el patrimonio es necesario para ayudar a compensar ese gasto. Proyectan que el impuesto único recaudará $ 3.5 mil millones de aproximadamente 12,000 personas", explica.

Además, el medio norteamericano resaltó las medidas tomadas por la gestión de Luis Arce Catacora en Bolivia, que adoptó un impuesto sobre el patrimonio permanente en diciembre. “El impuesto afectará a solo 152 personas”, tuiteó el presidente socialista Luis Arce . “El beneficio llegará a miles de familias bolivianas”, remató.

En palabras del periodista, "los analistas dicen que es probable que la pandemia agregue impulso a los pedidos de sistemas tributarios que aborden las brechas extremas entre ricos y pobres". Sin embargo advierte que "los impuestos sobre el patrimonio son notoriamente difíciles de hacer bien y tienen un historial de efectos secundarios profundamente negativos que pueden socavar seriamente su intención".