La tensión no cede en Asia. Tras una nueva visita de congresistas estadounidenses a Taiwán y renovados ejercicios militares chinos en la zona este fin de semana, el Gobierno comunista impuso este martes sanciones a siete líderes y legisladores taiwaneses a los que acusó de ser "incondicionales del independentismo". Estas sanciones no les permitirán mantener negocios y entrar a China
"Durante algún tiempo, unos pocos elementos separatistas acérrimos, por sus propios intereses, han llegado a coludir con fuerzas externas en provocaciones que abogan por la independencia de Taiwán", informó un vocero del Gobierno a la agencia estatal de noticias Xinhua. "Han instigado deliberadamente enfrentamientos a través del estrecho de Taiwán y han socavado imprudentemente la paz y la estabilidad en la región".
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Entre los sancionados están la embajadora de facto de Taiwán en Estados Unidos (Washington formalmente no reconoce a la isla), Hsiao Bi-khim, el secretario general del Consejo de Seguridad Nacional de Taiwán, Wellington Koo, y políticos del gobernante Partido Progresista Democrático de Taiwán, según informó la Oficina de Asuntos de Taiwán en Beijing. Ya habían sido sancionado antes el primer ministro, Su Tseng-chang, al ministro de Asuntos Exteriores, Joseph Wu, y al presidente del Parlamento, You Si-kun.
En concreto, estas sanciones significan que ninguno de ellos podrá ingresar al territorio de China y las regiones semiautónomas de Hong Kong y Macao, además que ninguna empresa o entidad inversora vinculado a ellos podrá hacer negocios en estos mismo territorios. Los dirigentes de la isla no visitan China; sin embargo, los negocios entre los capitales taiwanses y la llamada China continental son muy usuales.
La Cancillería de Taiwán rechazó de inmediato las sanciones y aseguró que su democracia "no puede ser interferida por China".
Este intercambio es el último episodio de una escalada diplomática y bélica que se desató tras la visita oficial este mes de la titular de la Cámara de Representantes estadounidense, Nancy Pelosi, a Taiwán, pese a las advertencias de China.
China considera que Taiwán es su propio territorio y no un país separado y, desde los años 70, Estados Unidos reconoce a Beijing como el único Gobierno chino legítimo. Al tomar esa decisión, Washington no mantener relaciones diplomáticas formales con la isla y limitarlas solo a cooperación comercial y cultural y contactos no oficiales.
Sin embargo, Taiwán sigue siendo un aliado estratégico de Estados Unidos en la región, especialmente en su política de contención a China.
Con información de Reuters