Activista musulmán suspende el acto en el que iba a quemar una Torá y una Biblia en Suecia

15 de julio, 2023 | 12.29

Un musulmán de 32 años que pretendía quemar una Torá y una Biblia hoy en Estocolmo renunció a su proyecto, explicando que su intención en realidad era denunciar a los que hacen lo mismo con libros sagrados como el Corán en el país escandinavo. 

La Policía sueca le concedió ayer autorización para organizar su manifestación frente a la embajada de Israel, decisión que fue condenada por el Estado hebreo y varias organizaciones religiosas. 

Ahmad Alush, el organizador de la manifestación, explicó a los periodistas que su intención era criticar a las personas que quemaron el Corán en Suecia en los últimos meses, algo que la Ley sueca no prohíbe.

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"Quemar (libros sagrados) va en contra del Corán, por eso no voy a prender fuego nada. Nadie debería hacerlo", declaró Ahmad Alush, de origen sirio, ante los medios que cubrían su protesta.

"Solo quiero demostrar que la libertad de expresión tiene unos límites que hay que tener en cuenta", agregó, citado por la agencia de noticias Europa Press.

Alush realizó estas declaraciones en la entrada de la Embajada israelí en Suecia, donde acudió solo con un ejemplar del Corán en la mano. También había anunciado que tenía intención de quemar una Biblia.

El presidente de Israel, Isaac Herzog, expresó su rechazo en nombre de su país al anuncio inicial que describió como una manifestación de "puro odio".

"Condeno de forma inequívoca el permiso dado en Suecia para quemar libros sagrados", declaró antes de recalcar que condena igualmente la reciente quema de un ejemplar del Corán, "sagrado para los musulmanes de todo el mundo".

El Consejo de Derechos Humanos de la ONU aprobó el miércoles una resolución condenando la profanación del Corán y otros actos de odio religioso, a pesar de que varios países habían advertido de que el texto podía socavar la libertad de expresión, tras un debate urgente reclamado por Pakistán a raíz de la quema del Corán frente a una mezquita de Estocolmo.

La quema, autorizada por la Policía sueca, desató una ola de protestas en el mundo musulmán contra las autoridades del país escandinavo.

Con información de Télam