El Ejército de Sudán y un poderoso grupo paramilitar comenzaron a aplicar un alto el fuego de 24 horas, en el cuarto día seguido de combates que ya dejaron más de 180 muertos y sumieron al país en una situación sin precedentes. Los enfrentamientos cesaron casi de inmediato en el sur de la capital después de las 18, horario pautado, pero aún se oían disparos cerca del Palacio Presidencial, en el centro de la ciudad de Jartum, informó la cadena de noticias árabe Al Jazeera. La ONU anunció que suspenderá sus operaciones en el país por seguridad.
La tregua llegó después de un ataque a un convoy de la embajada de Estados Unidos en Sudán, un asalto a la residencia del enviado de la Unión Europea (UE) y el bombardeo de la casa del embajador noruego, todo en la capital del país árabe africano. Más de 185 personas murieron y más de 1.800 resultaron heridas desde que comenzaron los combates el sábado, según cifras de la ONU, que no incluyen un desglose de civiles y combatientes.
El Sindicato de Médicos de Sudán puntualizó ayer que al menos 144 civiles murieron y más de 1.400 resultaron heridos desde el comienzo de las hostilidades. El alto el fuego fue anunciado en la jornada de este martes por los adversarios.
El general Shams El Din Kabbashi, miembro del Ejército de Sudán, dijo a las cadenas de noticias Al Arabiya y Al Jazeera que durará 24 horas desde las 18, y que había sido acordado con el grupo paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR). Poco después, la cadena CNN en Árabe precisó que la tregua le había sido confirmada por el comandante de las Fuerzas Armadas, Abdel Fatah al-Burhan.
Más temprano, el líder de las FAR, el general Mohamed Hamdan Daglo, declaró un "armisticio de 24 horas", luego de haber hablado por teléfono con el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, y "otras naciones amigas".
Egipto apoya al Ejército sudanés, mientras que Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos han forjado vínculos con las FAR.
Tras el anuncio de tregua, los enfrentamientos parecían haberse detenido en el sur de Jartum, pero continuaban en el centro de la capital, cerca del palacio presidencial y la sede del Comando General del Ejército, informó la cadena de noticias árabe Al Jazeera. Los combates son parte de una lucha de poder entre Al Burhan y Daglo. Los dos generales son antiguos aliados que orquestaron conjuntamente un golpe de Estado en octubre de 2021 que descarriló la transición de Sudán a la democracia después de décadas de dictadura militar.
Desde el inicio de los combates, que se han extendido a casi todo el país, los residentes de Jartum se encuentran resguardados en sus casas, y la comida empieza a faltar en los pocos supermercados que siguen abiertos. Zonas de la ciudad carecen de luz y agua, y en los hospitales empezaban a escasear insumos vitales, dijeron autoridades médicas y ONGs.
Cada bando ya tiene decenas de miles de tropas distribuidas por Jartum y la ciudad vecina de Omdurman, en la orilla opuesta del río Nilo. La caótica lucha, con tiroteos, bombardeos de artillería, uso de tanques y ataques aéreos, ocurre en zonas densamente pobladas. Los residentes han denunciado el saqueo de tiendas y viviendas por parte de los combatientes.
La Cruz Roja y la Organización Mundial de la Salud (OMS) pidieron a las partes beligerantes en Sudán que garanticen el acceso de la ayuda humanitaria a las personas que la necesitan.
El convoy de vehículos de la Embajada de Estados Unidos fue atacado anoche pese a que estaba claramente identificado, y los informes preliminares vinculan a los atacantes con las FAR, dijo Blinken a periodistas en Japón, y agregó que todos en el convoy estaban a salvo.
El Departamento de Estado contó anoche que Blinken habló por teléfono por separado con Al Burhan y Daglo y les pidió un alto el fuego inmediato de 24 horas: "Dejé muy claro que cualquier ataque, amenaza o peligro para nuestros diplomáticos era totalmente inaceptable", indicó Blinken a la prensa al margen de una reunión de ministros del G7.
Los asaltos a las casas de los diplomáticos fueron una señal más de que el conflicto está fuera de control. El jefe de política exterior de la UE, Josep Borrell, tuiteó el lunes que el embajador de la UE en Sudán "fue agredido en su propia residencia", sin dar más detalles. Y, sobre ese hecho, el Ejército y las FAR se acusaron mutuamente del incidente.
La madrugada del domingo, la residencia del embajador noruego en Jartum fue alcanzada por un proyectil, consignó la ministra de Relaciones Exteriores de Noruega, Anniken Huitfeldt, en un comunicado. El impacto causó daños, pero el embajador no resultó herido, sostuvo y agregó que no parecía que la residencia fuera atacada intencionalmente.
El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Türk, pidió un alto el fuego inmediato y que los combatientes regresen a las negociaciones. "Sudán ya ha soportado tanto dolor y sufrimiento. La lucha nace de juegos de poder e intereses personales que solo sirven para alienar las aspiraciones democráticas de la población", remarcó Türk en un comunicado.
Con información de Télam