Sudán seguía siendo escenario de enfrentamientos hoy, después de que Estados Unidos anunciara ayer sanciones contra el ejército y los paramilitares que se disputan el poder por incumplir el alto el fuego.
En Jartum se oía fuego de artillería, informaron varios residentes a la agencia de noticias AFP, después de que el ejército anunciara que había vuelto a desplegar tropas en la capital sudanesa.
Los enfrentamientos entre el ejército del general Abdel Fatah al Burhan y los paramilitares de las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) liderados por el general Mohamed Hamdan Daglo empezaron el 15 de abril, dejando más de 1.800 muertos y más de un millón y medio de desplazados.
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Estados Unidos, que junto a Arabia Saudita intentó mediar entre ambos bandos el lunes pasado, dispuso anoche sanciones contra cuatro empresas: dos grupos de armamento del ejército, y dos compañías más, una de ellas vinculada a las minas de oro de Sudán, controladas por los paramilitares.
Unas horas después, el ejército anunció la llegada a Jartum de nuevas tropas procedentes de otras regiones del país. También dijo estar "sorprendido" al asegurar que había presentado una propuesta de discusiones" informales "que fue "ignorada".
Por su parte, la diplomacia estadounidense dijo que su secretario de Estado, Antony Blinken, estará la próxima semana en Arabia Saudita, sin especificar si en la agenda figura la situación en Sudán.
Durante casi un mes, emisarios de ambos bandos impulsaron negociaciones para alcanzar una tregua en la ciudad saudita de Yeda, con la mediación de Estados Unidos y Arabia Saudita, pero los tratos que firmaron fueron violados sistemáticamente.
Antes de este nuevo conflicto, Sudán ya era uno de los países más pobres del mundo. Después de varias semanas de enfrentamientos, 25 de los 45 millones de sus habitantes ya no pueden sobrevivir sin ayuda humanitaria, alertó la ONU.
Además, tres cuartos de los hospitales del país están fuera de servicio y los que aún funcionan casi no tienen material.
Antes de entrar en conflicto abierto, Burhan y Daglo perpetraron conjuntamente un golpe de Estado en 2021 contra un gobierno civil de transición que regía el país desde el derrocamiento del autocrático expresidente Omar al Bashir en 2019 por una ola de protestas.
Sin embargo, con el tiempo se fueron distanciando, en especial por si integrar o no a las FAR en las Fuerzas Armadas. Los dos cuentan con patrocinadores externos en el mundo árabe: Egipto apoya a Burhan y Emiratos Árabes Unidos a Daglo.
Hace una semana, el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (Acnur) dijo que más de 150.000 personas abandonaron el país hacia naciones vecinas desde que estallaron los combates entre las dos facciones enfrentadas.
Antes del conflicto, Sudán tenía en su territorio a más de un millón de refugiados, en su amplia mayoría procedentes del fronterizo Sudán del Sur, que se declaró independiente de la parte norte en 2011 tras una guerra civil.
La ONU puso énfasis en la vulnerabilidad de desplazados y refugiados y pidió medidas para poder repartir ayuda humanitaria.
El Programa Mundial de Alimentos (PMA) estima que entre 2 y 2,5 millones de personas podrían empezar a pasar hambre en los próximos meses, lo que implicaría que más de 19 millones, dos quintas partes de la población, padecerán inseguridad alimentaria a corto y medio plazo.
Con información de Télam